Funcionario del Ministerio de Salud Pública culpa a la población por la propagación del «virus» porque «los mosquitos viven en las casas»

Redacción

En medio de una crisis sanitaria que golpea a toda la Isla, el jefe del Departamento de Control Sanitario Internacional del Ministerio de Salud Pública, Carmelo Trujillo Machado, aseguró este sábado que en Cuba las estructuras de gobierno funcionan perfectamente y que la responsabilidad de la propagación del aedes aegypti recae, básicamente, en la población.

Durante una intervención en la televisión nacional, el funcionario afirmó sin titubeos que “se han implementado y funcionan todas las medidas diseñadas para el control de la arbovirosis”, una declaración que choca de frente con la realidad cotidiana de hospitales sin recursos, barrios infestados de mosquitos y familias enteras enfermas.

Trujillo Machado fue más allá y defendió la supuesta eficacia del aparato estatal, asegurando que “la estructura de gobierno completa funciona desde el nivel central hasta los consejos populares y las áreas de salud”. Dicho así, parece que el problema no está en el Estado, sino en los ciudadanos que viven rodeados de basura, agua estancada y apagones interminables.

Tras sacar pecho por una gestión que a todas luces ha fracasado, el funcionario insistió en que se trabaja “de manera intensa” en la promoción y educación sanitaria, subrayando que la población debe aprender a eliminar el vector. “Hay que llegar al punto de que nuestra población actúe”, dijo, rematando con una frase que levantó ronchas: el mosquito, según él, vive dentro de las casas.

Un día antes, el propio Miguel Díaz-Canel había salido en redes a asegurar que las acciones del gobierno “están dando frutos” frente a la epidemia de arbovirosis. Según el mandatario, modelos matemáticos presentados por expertos y científicos muestran una supuesta contención de la epidemia, por lo que el régimen no piensa “bajar la guardia”.

Las reacciones no se hicieron esperar. Entre los comentarios más compartidos, un usuario resumió el sentir popular con ironía amarga: “Hace falta un modelo matemático que diga cuánto más va a durar la vida que ustedes nos han impuesto”, pidiendo casi a Nostradamus para saber hasta cuándo llegará el sufrimiento.

El mensaje presidencial llegó tras una reunión celebrada el 24 de diciembre en el Palacio de la Revolución con científicos y directivos del sistema de salud, donde se aseguró que los casos de dengue y chikungunya muestran una tendencia a la baja. Según el MINSAP, Cuba acumula ocho semanas consecutivas de reducción en los diagnósticos.

Sin embargo, los propios datos oficiales contradicen el triunfalismo. La mayoría de las provincias siguen dentro del corredor endémico, con excepción de Matanzas, Granma y la Isla de la Juventud. El matemático Raúl Guinovart Díaz habló de una posible mejoría entre enero y febrero, siempre que el clima ayude, como si la salud pública dependiera más del tiempo que de la gestión estatal.

Mientras tanto, persisten más de 2.800 casos de chikungunya en 134 municipios, con tasas elevadas en provincias como Guantánamo, Las Tunas, Santiago de Cuba, Pinar del Río y Artemisa. Pero para el régimen, el problema no es la falta de fumigación, ni la basura acumulada, ni los salideros eternos. El problema, una vez más, es el pueblo.

Habilitar notificaciones OK Más adelante