Con grandes titulares y promesas de abundancia, el periódico oficialista Venceremos anunció una “feria agropecuaria e industrial” para el 29 de diciembre, con toneladas de viandas, carnes, lácteos, embutidos, miel, bebidas y hasta cerveza. Según la publicación, Guantánamo, la provincia más golpeada por la crisis alimentaria, viviría un cierre de año sin precedentes.
Las cifras eran llamativas: 171 toneladas de viandas, más de 30 toneladas de hortalizas, carnes de todo tipo, huevos, productos de la pesca, lácteos, helados, refrescos, ron y cerveza. Un paraíso alimentario en teoría, pero que nunca se materializó.
Cuando Venceremos publicó su balance gráfico asegurando que la feria había sido “un éxito”, se confirmó lo que muchos sospechaban: las fotos eran tomadas de redes sociales. La indignación estalló. Ciudadanos denunciaron que las ofertas nunca coincidieron con lo anunciado y que incluso los vendedores estatales desmintieron la supuesta disponibilidad de productos.
“El paraíso alimentario de la feria no existió”, escribió Aleyda. Carmen resumió la experiencia como “una falta de respeto”, mientras Yani acusó al medio de generar una “grave distorsión” informativa en una población ya golpeada por la escasez. Algunos fueron aún más directos: “Publicar imágenes de tomates que no existieron es perder la dignidad”, señaló Ubersi. Orcar lo dejó claro: “Todo eso es mentira. Yo estuve en la feria. Usaron fotos viejas. ¿Dónde estaba la carne de cerdo que anunciaron?”
Este episodio no es solo un desacierto puntual. Refleja la desconexión de la prensa oficial con la realidad cubana y su tendencia a reproducir discursos triunfalistas. En una provincia que lucha todo el año por asegurar alimentos básicos, la promesa de abundancia de un solo día terminó en colas interminables, frustración colectiva y pérdida de credibilidad.
Al final, la feria dejó más que mesas vacías: dejó una herida profunda en la confianza del pueblo hacia quienes deberían informar con transparencia y no con propaganda.
