La noche del 28 de diciembre terminó en sobresalto para los vecinos del reparto Rajayoga, en Santiago de Cuba, cuando un basurero se incendió en pleno apagón y desató el pánico en la comunidad. Entre la oscuridad total, el humo espeso y el miedo a que las llamas se extendieran, la escena dejó al descubierto una vez más el abandono de los servicios básicos en la ciudad.
El incendio fue reportado mientras la zona llevaba varias horas sin electricidad. Según denunció el periodista Yosmany Mayeta Labrada en sus redes sociales, el apagón comenzó alrededor de las 4:00 de la tarde, y ya entrada la noche, cuando la visibilidad era casi nula, el fuego comenzó a propagarse en un depósito de basura del barrio.
Las llamas se originaron específicamente en el basurero ubicado entre los edificios 2 y 3 del reparto Rajayoga, justo frente a la Plazoleta. En cuestión de minutos, una densa columna de humo empezó a cubrir el área residencial, encendiendo las alarmas entre los vecinos que veían el fuego avanzar peligrosamente cerca de sus edificios.
La situación se volvió aún más tensa porque todo ocurrió en completa oscuridad. Sin alumbrado público ni corriente en las viviendas, los residentes apenas podían ver lo que estaba pasando. Muchos alertaron del peligro que representaban las llamas a escasos metros de los edificios, temiendo que el incendio se propagara hacia los apartamentos.
Familias con niños pequeños y adultos mayores fueron las más afectadas por el humo y el estrés del momento. La falta de iluminación complicó cualquier intento de reacción rápida y aumentó la angustia, sobre todo por el riesgo de inhalación de humo y posibles intoxicaciones.
Hasta ahora, no existe información oficial sobre las causas que provocaron el incendio. Tampoco se ha confirmado si hubo daños materiales ni personas lesionadas, algo que ha generado molestia entre los residentes, quienes cuestionan la lentitud y la falta de respuestas claras ante una situación que pudo terminar en tragedia.
Vecinos de Rajayoga aprovecharon el incidente para denunciar un problema que ya se ha vuelto habitual: los vertederos improvisados. Según explican, la acumulación de basura en el barrio es constante y representa un riesgo permanente para la salud y la seguridad, especialmente cuando se combina con apagones prolongados.
Muchos señalan que basta una chispa, un cigarro mal apagado o incluso el calor acumulado para que estos montones de desechos se conviertan en un incendio. En medio de la oscuridad y sin vigilancia, la posibilidad de que situaciones como esta se repitan es cada vez mayor.
El caso ha reavivado las críticas hacia la gestión de los servicios comunales y la falta de soluciones estructurales. Para los residentes, no se trata de un hecho aislado, sino de la consecuencia directa de la acumulación de problemas sin resolver: basura sin recoger, apagones interminables y respuestas tardías.
Este incendio en Rajayoga vuelve a poner sobre la mesa la crisis de servicios básicos que vive Santiago de Cuba. La combinación de basura, cortes eléctricos y ausencia de acciones preventivas sigue afectando la vida diaria de miles de personas, que se sienten cada vez más expuestas a riesgos evitables.
Mientras tanto, los vecinos solo esperan que el próximo apagón no venga acompañado de otro susto similar. En una ciudad donde la oscuridad se ha vuelto rutina, cualquier chispa puede convertirse en una amenaza.










