Régimen anuncia la apertura de 20 nuevas oficias para la compra venta de dólares a la población… pero los precios te dejarán con la boca abierta

Redacción

La red de Casas de Cambio (CADECA) anunció la apertura de veinte nuevas oficinas habilitadas para la venta de divisas a la población, una movida que el Gobierno presenta como parte de su reordenamiento del mercado cambiario, pero que llega cargada de dudas, escepticismo y malestar ciudadano.

La medida comenzó a aplicarse este 30 de diciembre y se inserta dentro del nuevo esquema de tasa flotante, vigente desde el 18 del propio mes. Según la versión oficial, el objetivo es ampliar el acceso territorial y “organizar” la compra de divisas mediante turnos digitales. En la práctica, muchos cubanos sienten que lo único que se ha organizado es el golpe al bolsillo.

Desde CADECA informaron que el acceso a la compra se realiza exclusivamente mediante la opción MiTurno, dentro de la aplicación Transfermóvil. Aunque el comunicado habla de habilitación desde el 29 de diciembre, el servicio comenzó a funcionar realmente al día siguiente. Nada nuevo en un país donde los anuncios siempre llegan antes que las soluciones.

Las nuevas oficinas están distribuidas en varias provincias, con mayor concentración en La Habana, donde se activaron puntos en centros comerciales de Plaza, Playa, Centro Habana y Diez de Octubre. También se sumaron locales en Camagüey, Villa Clara, Sancti Spíritus, Santiago de Cuba, Pinar del Río, Mayabeque, Guantánamo, Matanzas y Artemisa, según la información oficial. La promesa es seguir ampliando el servicio “de forma gradual”, una frase que en Cuba suele traducirse como cuando se pueda… si se puede.

El anuncio llega en un clima de profunda desconfianza hacia el sistema cambiario estatal. Durante años, miles de personas han pasado meses —y hasta más de un año— esperando un turno que nunca llegaba. Ahora, algunos aseguran que los turnos están apareciendo con mayor rapidez, pero a un costo que resulta sencillamente inasumible.

“Ahora te llaman rápido, pero te esperan con el cinto en la mano”, escribió un usuario en redes sociales, resumiendo el sentir general. Y no exagera. Con tasas que rondan los 417 pesos por dólar y 491 por euro, comprar divisas en CADECA se ha convertido en una operación reservada para quien tenga acceso a remesas, negocios privados o ingresos muy por encima del salario promedio.

Las reacciones no se hicieron esperar. Muchos recuerdan que cuando la tasa era de 120 pesos por dólar, la cola para obtener turno era eterna y los dólares escasos. Hoy, con precios cuatro veces más altos, surge la pregunta incómoda: ¿de dónde salieron ahora tantas divisas? La sospecha flota en el aire y el silencio oficial no ayuda a disiparla.

Otros comentarios reflejan frustración pura. Personas que finalmente reciben el turno confiesan que no pueden comprar porque no tienen cómo reunir más de 40 mil pesos para apenas 100 dólares. “Los salarios no alcanzan ni para comer, mucho menos para eso”, se repite una y otra vez.

Incluso quienes lograron llegar a la ventanilla cuestionan el sentido del sistema. “Hoy me tocó. El dólar a 417. Dime tú”, escribió una usuaria, dejando claro que tener acceso no equivale a tener posibilidad real.

Aunque el Gobierno insiste en que la apertura de nuevas oficinas mejorará el acceso al mercado formal de divisas y que el Estado cuenta con respaldo para sostener la operación, la realidad diaria cuenta otra historia. Más CADECAS no significan más alivio, cuando el salario sigue por el piso y el precio del dólar parece diseñado para excluir a la mayoría.

En la Cuba de hoy, el problema no es llegar a la cola. El problema es que, cuando por fin te toca, ya no puedes pagar lo que te venden. Y eso, por más retoques que le hagan al sistema, no se arregla con anuncios.

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