Más de 3.100 atenciones médicas por infecciones respiratorias agudas se reportaron en la última semana en la provincia de Matanzas, una cifra que las autoridades sanitarias se empeñan en calificar como “normal” para esta época del año, aunque la realidad obligó a desempolvar viejas medidas, incluido el regreso del nasobuco obligatorio en las consultas médicas.
Según información divulgada por la Agencia Cubana de Noticias, el tema fue tratado en una reunión entre directivos del sector de la Salud y representantes del Partido Comunista y el Gobierno provincial. Allí se reconoció el aumento estacional de estos padecimientos, frecuentes entre diciembre y febrero, pero se evitó cualquier señal de alarma pública.
Andrés Lamas Acevedo, director del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, aseguró que Matanzas transita del llamado canal endémico de éxito al de seguridad, una categoría técnica que, según el discurso oficial, no implica riesgos mayores ni una situación sanitaria grave. En otras palabras: hay más enfermos, pero “todo está bajo control”.
El funcionario afirmó además que no existen casos graves ni críticos hospitalizados y que la disponibilidad de camas es suficiente, incluso por debajo de los registros del año anterior. Sin embargo, admitió un incremento de casos en el municipio de Jovellanos, sin ofrecer cifras concretas ni explicar las causas reales de ese repunte.
A pesar del tono tranquilizador, el propio primer secretario del Partido Comunista en Matanzas, Mario Sabines Lorenzo, llamó a reforzar la disciplina sanitaria desde los centros de Salud Pública y respaldó la imposición del nasobuco en las consultas por IRA, una medida que dice más de la preocupación interna que de la supuesta normalidad del escenario.
Sabines reconoció que no se puede confiar en que el virus H3N2 no llegue a Cuba, solo porque aún no haya sido confirmado oficialmente, en medio del aumento de casos de Influenza A en Europa, Asia y otras zonas de América. Una advertencia que contrasta con la narrativa de control absoluto que se intenta vender.
Las autoridades también anunciaron un refuerzo de la vigilancia clínico-epidemiológica ante la circulación internacional de nuevas variantes virales, aunque sin confirmar su presencia en la Isla. El silencio, una vez más, pesa más que la información clara.
La atención de miles de pacientes en apenas siete días, junto al endurecimiento de medidas preventivas, expone la presión real sobre un sistema de Salud Pública golpeado por la escasez de recursos, la falta de personal y las limitaciones diagnósticas. Todo esto, mientras el discurso oficial insiste en minimizar la situación y repetir que no hay motivos para preocuparse.










