Yasser Alejandro, el niño cubano que no puede sudar

Redacción

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Yasser Alejandro, el niño cubano que no puede sudar

Yasser Alejandro Galafet Tapia es un niño cubano que ha estado ingresado en no pocos hospitales por la rara enfermedad que padece que hace que no pueda sudar ni una gota. Se trata de un caso de ectodérmica congénita, un padecimiento que crea alteraciones de la epidermis y suele ocasionar afectaciones en la piel, las uñas, los vellos y las glándulas sudoríparas.

Su mamá notó que algo no estaba bien con su bebé desde que este tenía tan solo 15 días de nacido. En aquella ocasión, su progenitora le estaba dando un baño de sol en su natal Jiguaní, en la región oriental de Cuba, cuando la piel del bebé comenzó a enrojecerse rápidamente hasta llegar a tener una fiebre de 38 grados y medio.

En Santiago lo diagnosticaron y le informaron a su madre Kirenia que el niño era incapaz de sudar y tener una temperatura normal. La enfermedad normalmente se manifestaba a través de dientes puntiagudos, poco pelo y otras características que no estaban presentes en Yasser Alejandro, por lo que los padres no perdieron las esperanzas.

Los doctores les dieron ánimos y les dijeron que quizás, con el paso de los años, la enfermedad podía ir disminuyendo sus efectos hasta desaparecer. No obstante, debían acostumbrarse a la idea que su bebé requería de cuidados especiales como no exponerlo al sol o a fuentes de calor, ya que al subirle la temperatura quedaba expuesto a daños cerebrales y convulsiones. Además, debían bañarlo con agua fresca varias veces al día y mantenerlo en un clima que evitara que su organismo intentase sudar.

Los médicos han explicado que es mejor la educación en la propia casa; así que cuando llegue el momento, recibirá la adecuada atención con un maestro que vendrá a impartirle clases en el hogar.

Mantiene relaciones normales con otros niños, y realiza actividades propias de su edad, siempre al cuidado de los mayores, y evitando que quiera hacer lo mismo que los demás, para impedir complicaciones ante un golpe o accidente.

Es hiperactivo, está siempre en constante movimiento, no permanece más de cinco minutos en el mismo juego y hay que estar todo el tiempo encima de él para cuidarlo y vigilarlo, pero no resulta tan difícil. Cuando pasa mucho rato jugando y se siente acalorado, él mismo viene y pide un baño. Sus padres lo bañan hasta siete veces al día, toma mucha agua fría y siempre quiere estar en el aire acondicionado. Cuando era más pequeño rociaba su cuerpo con un atomizador o se metía debajo de una llave de agua.

Para Yasser, los mejores días no son los de verano en los que se corretea en la playa. No obstante, cuando llega el frío, se siente a sus anchas y corretea en camiseta y calzoncillos mientras los demás se acurrucan bajo las mantas.