El bambú se convierte en una forma de ganarse la vida para cientos de migrantes cubanos en México

Redacción

El bambú se convierte en una forma de ganarse la vida para cientos de migrantes cubanos en México

 

Varados en el sureste de México en plena pandemia, migrantes de Cuba utilizan el bambú como materia prima para realizar artesanías y obras de arte, como parte de un programa de bienestar para personas vulnerables que ha impulsado el Gobierno mexicano.

Son más de 200 cubanos, según datos de la Secretaría de Bienestar del Gobierno de México, en su sede en el municipio de Tapachula, casi fronterizo con Guatemala.

Hoy tallan este otate o guadua (una especie de bambú) de manera artesanal para crear cuchillos, cucharas, tenedores, macetas, vasos, sillas y mesas, que después serán donados a familias vulnerables, o se utilizarán en un curioso proyecto cultural, y por el cual perciben un salario.

Este grupo de cubanos desarrolla este empleo en una antigua nave hoy abandonada, y con este buscan cubrir sus gastos en vivienda y alimentos en lo que se regularizan sus documentos migratorios.

Se trabaja con esta especie de bambú porque es una materia prima local que permite fabricar todo tipo de productos.

BOMBONA DE OXÍGENO

Tapachula es tristemente conocida por su estación migratoria, la siglo XXI, donde se estima que hay centenares de migrantes hospedados. Pese al mayor control en la frontera sur de México, no han dejado de llegar ni con la pandemia.

El cubano Andrés Díaz López es el coordinador del grupo de artesanías y tiene a su cargo otros siete cubanos que elaboran cubiertos de cocina o cualquier artesanía que le soliciten.

“A veces un juego o dos juegos por día conforme vaya al diseño”, resume el joven, quien asegura que son productos de mucha calidad que se pueden usar en cualquier cocina.

Algunos de los migrantes cubanos llevan desde los 3 meses en este programa que recibe apoyo federal, mientras que otros acaban de ingresar. Reciben alrededor de 2.500 pesos (unos 125 dólares) a la quincena.

Marco Ortiz es un migrante cubano que hoy trabaja haciendo manualidades y además tiene un bonito proyecto entre sus manos, que busca contar la historia de los migrantes y el motivo por el cual huyen de su país.

“Todo lo que se usará en el largometraje es realizado por nosotros”, desde los personajes hasta los elementos que se usarán.

Con este proyecto, que todavía está en proceso de creación y por el que también se emplean objetos reciclados, se busca dar otra imagen del migrante, mucho más positiva.

Saul Baños Castelleiros es cubano y jefe de carpintería. Desde su punto de vista, este proyecto les ayuda y les presta servicios a los migrantes como él que llegan a la frontera sur sin nada.

“Y a toda la ciudadanía, refuerza el mensaje de unión y refleja que todos los países son iguales y deben de luchar por el mismo interés de estar bien y en un mundo mejor”, explicó. Además, calificó a los migrantes cubanos que han trabajado en programas federales de “confiables y responsables”.