Balsa donde viajaban siete cubanos se hunde poco antes de llegar a tierra, en los cayos de Florida

Redacción

Balsa donde viajaban siete cubanos se hunde poco antes de llegar a tierra, en los catos de Florida

De acuerdo con información de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, un bote casero con siete personas de nacionalidad cubana a bordo se hundió este martes poco antes de llegar a tierra, en los cayos de Florida.

Según las autoridades, las personas que se encontraban en la embarcación salieron ilesas, pero debido a que quienes los rescataron eran agentes estadounidenses, serán enviados de regreso a Cuba.

Medios locales reportaron que el bote arribó a los cayos de Florida sobre las 9:30 de la mañana de este martes. Un agente de la Patrulla Fronteriza manifestó que seis hombres y un niño iban a bordo y que habían salido de Matanzas, Cuba, dos días atrás.

“La embarcación de los inmigrantes de estilo casero no era segura para viajar y se hundió antes de llegar a tierra. El grupo fue rescatado a salvo. Este es un viaje peligroso desde Cuba”, dijo la Guardia Costera.

“Afortunadamente, las siete personas se rescataron de manera segura y no sufrieron lesiones durante el evento. Su embarcación se llenó de agua durante todo el viaje y finalmente se sumergió. Seguimos advirtiendo a los migrantes sobre los peligros asociados con los viajes por mar”, manifestó en declaraciones recogidas por Miami Herald.

Los náufragos, como fueron rescatados y detenidos por agentes estadounidenses, deberán ser deportados a Cuba, de acuerdo con las leyes vigentes de Estados Unidos.

Según las autoridades estadounidenses, desde el pasado 1.° de octubre han sido detenidas 47 personas que trataban de ingresar ilegalmente al país a través del mar. Este número no incluye a las personas rescatadas este martes.

Estados Unidos puso fin a principios de 2017 la política que establecía que los cubanos que llegaran a tierra se les permitía permanecer en el país y solicitar la residencia permanente después de un año.

Ahora todos los detenidos, ya sea en ruta o en tierra, son enviados a casa. Aunque el incentivo para hacer el peligroso viaje ha desaparecido, la gente todavía se arriesga, aunque no con tanta frecuencia como cuando existía está política.