“La Fuente Luminosa”, como muchos le podrían llamar actualmente, pero conocida en sus inicios como “El bidet de Paulina”

Ines Sanz

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“La Fuente Luminosa”, como muchos le podrían llamar actualmente, pero conocida en sus inicios como “El bidet de Paulina”.

Falsas promesas, fraudes, corrupción y males sociales caracterizaban el gobierno de Ramón Grau San Martín desde 1944 a 1948 en la República de Cuba, o sea nada de lo que esperaban aquellos que apoyaron su reelección, al contrario de mejorías, todo lo que llego fue frutos de un sistema acabado que se suma a otra de las razones por las que establece el comunismo en el país.

Como parte de todas las actividades delictivas que estaba llevando a cabo, entre los hechos más polémicos de su mandato fue la desaparición del diamante del Capitolio y luego la misteriosa aparición del mismo en su despacho, luego de 14 meses.

No solo fue juzgado por su mala gestión, sino también por privilegiar a sus familiares, un ejemplo de esto aún se encuentra entre nosotros, ubicado en la rotonda donde se unen las tres grandes calles: Avenida de Boyeros, Vía Blanca y 26 y es nada más y nada menos que “La Fuente Luminosa”, como muchos le podrían llamar actualmente, pero conocida en sus inicios como “El bidet de Paulina”.

Así luce la Fuente Luminosa en la actualidad

Dicha fuente debe su nombre a la que era entonces la primera dama de Grau, Paulina, viuda de su hermano, y una de las principales entusiastas de que se llevara a cabo el proyecto donde se desviaba presupuesto público, hacia bolsillos privados, destinado a obras que no eran necesarias para la población, en este caso la obra fue puesta en ejecución por el que sería primo del presidente, José San Martin.

A pesar de esta historia la fuente queda hoy como un símbolo de la ciudad y no precisamente por su belleza o calidad de sus materiales, ya que fue construida de piedra, sino por su ubicación y por el atractivo de sus luces de colores durante la noche.

Pasado el tiempo esa zona dotaría de comercios, restaurantes, la Ciudad Deportiva, un hospital y demás emplazamientos que llenarían de vida los alrededores, más en los anocheceres cuando numerosas personas se sentaban cercanas de la fuente a la luz de la luna y por qué no, a la luz de la Fuente Luminosa.

Actualmente la fuente carece de importancia, uno que otro día prendera sus luces y se echará a notar, otros será simplemente parte de la rotonda de la Ciudad Deportiva como un objeto más, pero siempre estará ahí la que algún día fue reconocida como “El bidet de Paulina”.