Cientos de cubanas en la isla venden su cabello para poder comer y un “moño” bien cuidado y largo puede alcanzar el precio de hasta 4000 pesos cubanos

Andrés Parra

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Cientos de cubanas en la isla venden su cabello para poder comer y un "moño" bien cuidado y largo puede alcanzar el precio de hasta 4000 pesos cubanos

Una práctica que ha tomado muchísima fuerza en Cuba en los últimos años ha sido la venta de pelo, la que tomó auge con el comienzo de los salones de belleza privados. Muchísimas mujeres se dedican de lleno a este negocio cuando tienen la suerte de tener buenas condiciones de cabello, y otras lo aprovechan eventualmente.

Para muchas resulta una buena fuente de ingresos para sobrellevar la profunda crisis en la que está inmerso el país, y una buena vía es venderlo a través de Internet.

Yamila González, una madre soltera que oferta su pelo y el de sus tres hijas en Revolico, declaró que esa fue la única opción que encontraron para poder comer, aprovechando que llevaban más de un año sin cortarlo ni modificarlo, por lo que ya estaba bastante largo.

Foto: Facebook

González había obtenido beneficios de unos 15 mil pesos cubanos (CUP) al cierre del 2020 (el equivalente a casi 2 años de su sueldo como auxiliar pedagógica), y sin los que no hubieran podido afrontar los nuevos precios. Tanto Revolico como Facebook, WhatsApp y Telegram, se hallan colapsados de anuncios de venta de todo tipo de cabello.

Yadira León, una peluquera que se dedica a poner extensiones, alegó que el valor del pelo varía dependiendo de su calidad y su estado: un moño bien cuidado de más de 70 cm y con buen volumen puede costar entre 3750 y 4500 CUP.

Sin embargo, dada la escasez de cosméticos y el fuerte sol tropical de la isla, cuidar el cabello y dejarlo crecer resulta todo un reto. Según el testimonio de León, algunas venden su cabello por no poder mantenerlo, dado que los pocos cosméticos del país se hallan solo en tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC).

Una cubana que vendió casi la totalidad de su cabello por 3250 pesos, Mercedes Suárez, lamentó haber tenido siquiera que cortar su cabellera, pero se consolaba con el hecho de que no podía mantenerlo lustroso sin los productos que las mulas importaban al país, que se canceló desde la reducción de vuelos.

Foto: Facebook

 

Una fiscal confirmó que existe un vacío legal al respecto de tan sensible tema, confirmando que la “venta de cabello humano no se encuentra contemplada en la lista de actividades por cuenta propia permitidas”, pero la persona detectada ejerciendo puede ser acusada de realizar una actividad económica ilícita. “Todo es muy relativo y se pueden tomar acciones legales”, concluyó.

Para la dermatóloga artemiseña, Omaida López, el uso de extensiones de cabello humano es una costumbre poco higiénica, debido que el pelo humano posibilita el alojamiento temporal de bacterias, hongos y parásitos. “Al menos yo no recomiendo nunca usar pelo de otra persona que muchas veces ni conocemos”, opinó la especialista.