Servicio de Inteligencia de Estados Unidos acusa al Gobierno cubano de perjudicar al ex presidente Donald Trump en las elecciones del pasado mes de noviembre

Redacción

Servicio de Inteligencia de Estados Unidos

Un informe de la inteligencia estadounidense que se acaba de desclasificar revela que el régimen comunista de Cuba tuvo en pie una estrategia digital para perjudicar al epxresidente Donald Trump en las elecciones del pasado mes de noviembre, con el objetivo de influir en el voto de la comunidad latina dentro de EEUU. Aunque este nuevo informe asegura que el régimen de Venezuela tenía la misma intención que sus socios cubanos, matiza que Nicolás Maduro y el resto de la cúpula del chavismo carecen de las capacidades tecnológicas necesarias para cumplir con éxito semejante misión.

El informe, elaborado para el Consejo Nacional de Inteligencia, que una a siete agencias y ministerios, lleva por título «Amenazas extranjeras a las elecciones federales de EEUU de 2020», e incluye una corrección a Trump y su campaña. Aunque los abogados del expresidente dijeron públicamente que el régimen chavista había logrado hackear los sistemas de voto de EEUU, este documento de la inteligencia norteamericana lo niega. «No disponemos de información que indique que el régimen de Venezuela, hoy o en el pasado, intentara comprometer la infraestructura de las elecciones de EEUU», afirma.

Sobre el castrismo, el informe asegura: «Cuba intentó mermar las posibilidades electorales del expresidente Trump impulsando narrativas contra los republicanos y favorables a los demócratas en la comunidad latinoamericana. La inteligencia cubana probablemente condujo algunas acciones de bajo perfil en apoyo de estos esfuerzos». Lo cierto es que todo lo relativo a Cuba es de capital importancia en el estado de Florida, que acabó ganando Trump por segunda ocasión, aunque esto no le sirvió finalmente para quedarse en la Casa Blanca. El expresidente republicano endureció notablemente el embargo, con duras sanciones y restricciones a los negocios en la isla.

Sí se esforzaron más en la injerencia electoral los dos mayores aliados del castrismo y el chavismo en la escena internacional: Rusia e Irán. Los esfuerzos de Rusia fueron, según ese informe, muy sofisticados, y se centraron en influir sobre «personas cercanas al expresidente Trump». No hacen mención expresa de esas personas, pero la prensa norteamericana ha publicado abundante información sobre las reuniones con supuestos agentes rusos del que era abogado personal de Trump, el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani.

La conclusión de la inteligencia estadounidense es que el Kremlin quería beneficiar a Trump, como hizo en 2016, y perjudicar a Biden. «Creemos que el presidente Putin autorizó, y un abanico de agencias rusas acometió, una serie de operaciones de injerencia destinadas a denigrar la candidatura del presidente Biden y al Partido Demócrata, apoyando al expresidente Trump, mermando la confianza pública en el proceso electoral y exacerbando las divisiones sociopolíticas en EEUU», dice el informe.

El resto de adversarios hizo lo contrario. Es decir, a Irán y a Cuba les resultaba más valiosa una derrota de Trump, dadas las diversas rondas de sanciones dictadas contra los regímenes de ambas naciones por el expresidente republicano. «Nuestra conclusión es que Irán mantuvo una campaña de injerencia encubierta para dañar las posibilidades del expresidente Trump de ser reelegido, aunque no trató de beneficiar a ninguno de sus rivales», dice el informe, quien atribuye la autoría última de esta campaña de injerencia iraní al mismísimo líder supremo de la revolución islámica, el ayatolá Alí Jamenei.

Por último, este informe, de apenas 10 páginas de extensión y con pocos detalles, afirma que China consideró armar su propia campaña de injerencias, pero que desistió de ello, aunque tiene las capacidades para acometer una operación de mayor envergadura que la de Irán o Rusia. «China busca estabilidad en las relaciones con EEUU y no vio que ninguno de los resultados posibles en las elecciones le fuera lo suficientemente beneficioso como para armar una campaña de injerencia y ser sorprendida en ella, por lo que acabo optando por sus instrumentos tradicionales: medidas económicas focalizadas y lobistas», asegura el texto.

Desde que en 2016 Rusia conmocionara a EEUU con dos campañas distintas de injerencias sobre las elecciones presidenciales, la inteligencia norteamericana ha reforzado su brazo investigador en las plataformas digitales, y ha elaborado una ingente cantidad de informes de seguimiento como este, el primero en publicarse tras las elecciones y el saqueo del Capitolio. Sí afirman las agencias en ese documento que no hay indicios de que hubiera una infiltración en los sistemas de votación que ponga en duda la legitimad de las elecciones, en contra de lo que ha defendido Trump y sus abogados desde que perdiera las elecciones en noviembre.