¡A comer boniatillo! Cubano cosecha en su patio un boniato de 31 libras

Ines Sanz

En las últimas horas ha estado circulando en las redes sociales las sorprendentes imágenes de un boniato gigante de 31 libras, que cosecharon unas cubanas en la ciudad de Holguín.

En las imágenes se puede ver como la mujer posa orgullosa junto al boniato gigante, al cual se encuentra cargando como si se tratase de un bebé.

El enorme tubérculo cosechado por Irma Requejo, quien vive en la “Calle 24 # 218 e/e 7 y 9, por la cochera del hospital Lenin”, ha sorprendido a los usuarios en redes sociales quienes han sugerido preparar un buen caldero de boniatillo.

“Ño, tremendo boniatón, con eso hacemos un boniatillo que come la cuadra entera jajajjaa.”; “Voy a pensar seriamente en ponerme a cultivar boniatos en el patio yo también ¡Que clase boniato!”; comentaron algunos.

Irma mostró la fotografía que se tomó se tomó su hija junto al boniato, demostrando la gran diferencia que hay entre su boniato gigante y uno de tamaño promedio, que también fue cosechado en el mismo cultivo.

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Este resulta un hecho muy importante para la mujer, que como el resto de los cubanos de a pie tiene que lidiar con la escasez de alimentos en Cuba y esta gran cosecha al menos le proveerá una mayor cantidad de ese producto para su mesa.

Los precios cada día más elevados llegan también al oriente del país, y nada más y nada menos que en forma de productos baratos por tradición como el boniato.

Un santiaguero comentaba que había pasado hacía unos días por El Avileño, un mercado agropecuario estatal del centro de la urbe, y que resultó muy sorprendido al ver boniatos en los anaqueles, sin cola ni policías.

Al tener curiosidad de la situación, entró al establecimiento y preguntó por la venta del alimento, a cuya respuesta quedó estupefacto, pues le informaron que los boniatos solo se venden por la libreta de abastecimiento y para personas mayores de 80 años.

El boniato siempre ha sido “comida de guajiros, de gente humilde y de puercos”, dijo el hombre recordando su infancia en el campo, a lo que añade que ahora parece una delicatessen porque, cuando aparece, está carísimo o racionado.

Alrededor de 9 CUP era el valor máximo que podía llegar a costar la libra de boniato; sin embargo, en lo que va de año, que no parece avanzar hacia un panorama un poco más esperanzador que el del 2020, los comerciantes por cuenta propia de Santiago de Cuba venden el producto a más del doble de ese precio, y en Cienfuegos, a unos 30 CUP.