“¿Dónde hay?”, la frase que se ha convertido en costumbre entre los cubanos en este 2021 marcado por la escasez

Luisa del Llano

"¿Dónde hay?", la frase que se ha convertido en costumbre entre los cubanos en este 2021 marcado por la escasez

La frase más repetida en lo que va de año en Cuba ha sido, definitivamente, “¿Dónde hay…?”, una interrogante que la población acarrea desde el año pasado, debido a la profundísima crisis económica que se venía generando desde antes, pero que se acrecentó cuando llegó la pandemia de coronavirus a la isla y cuando se comenzó a implementar la Tarea Ordenamiento, la reforma económica más ambiciosa (e inoportuna) llevada a cabo por el Gobierno en décadas.

El ahora más democratizado acceso a Internet y la aparición de las redes sociales en el panorama nacional, han apoyado la tarea de encontrar alternativas y soluciones ingeniosas para “resolver” en medio de la grave escasez que se sufre en Cuba. De esta forma, mediante Revolico (principal sitio web de comercialización ilícita del país) y grupos de WhatsApp, Telegram y Facebook, ha sido posible el rastreo de los productos de mayor necesidad por parte de la población, como alimentos, medicamentos o artículos de aseo.

Muchos han asegurado que en esas plataformas es posible encontrar cualquier cosa, mientras que otros han dicho que hay productos que ni allí se hallan.

El grupo público de la red Facebook “Todo en MLC” supera los 200.000 seguidores, creado por el cubano Loydan Escalona Pérez. Este canal está especializado en el rastreo de productos en las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC).

Este tipo de comercios son los mejor surtidos en el país, donde único se pueden hallar productos de aseo y determinados alimentos imprescindibles para la dieta del cubano como espagueti y puré de tomate, pero también algunos “lujos” (por así llamarlos) como cerveza, queso y confituras.

Desgraciadamente, aunque sean los más abastecidos, tampoco ofertan muchísimos productos que los cubanos necesitan. Es común esperar la larguísima cola para entrar a ellos, para notar que no se está vendiendo lo que uno quiere comprar.

Una cubana relató en el grupo que llegó a las 6:30 a.m. al supermercado de 3ra y 70 (Miramar, La Habana) y le tocó el turno número 189, y que avisaría de la oferta del día en cuanto entrara.

La crisis de escasez en la isla, junto a la agonizante situación de las colas, se ve tan agravada que la población ha comenzado un sistema de alerta para informarse de los productos que sacan por sorpresa en los puntos de venta. Utilizan publicaciones para confirmar precios y ofertas de productos, mediante avisos de textos, fotos y hasta videos.

Dónde hay equipos en MLC constituye un grupo público de Facebook que se especializa en conocer cuándo, cómo, dónde y a qué precios encontrar electrodomésticos en el país. Las lavadoras han sido una de las búsquedas más recientes; las personas han publicado las unidades comerciales en donde se encuentran los modelos disponibles y el precio al que se postulan.

Los alimentos que más se rastrean en este círculo son los cárnicos, las cervezas, el café y las confituras para niños. También se solicita constantemente información acerca de la disponibilidad de productos higiénicos, sobre todo de toallitas húmedas para bebés.

En Cuba se vuelve una odisea lo que para el resto del mundo significa tan solo acudir a una tienda y comprar directamente lo que se necesita. La población, o una parte de la misma, hace la cola interminable e ingresa al local para averiguar si el producto de turno le hace falta, pagando con una moneda inaccesible para la mayoría de los cubanos, a un precio demasiado alto para la calidad que promete, jugarreta que el mercado internacional ni se atreve a tirar.

Un cartón de huevos en la capital se cotiza en unos 400 CUP, otra razón para ratificar que el incremento salarial que se aprobó para la Tarea Ordenamiento no llega a suplir necesidades básicas como alimentación e higiene, sin contar gastos extra relativos a recreación. La población, entonces, y en medio de una crisis económica de la que aún no se sabe si el país saldrá algún día, vive con la perpetua inquietud de saber dónde hay.