La historia de Ernest Hemingway y el misterio de su predilección por la habitación 511 del Hotel Ambos Mundos en La Habana Vieja

Redacción

La historia de Ernest Hemingway y el misterio de su predilección por la habitación 511 del Hotel Ambos Mundos en La Habana Vieja

Al hablar del Hotel Ambos Mundos, es inevitable relacionarlo con el escritor Ernest Hemingway. De las 511 con las que contaba el Hotel se tiende a hablar mucho, aunque en verdad, se conozca muy poco.

Quizás muchos no sepan que además de contar con la vista privilegiada de la ciudad que se podía contemplar desde las ventanas del hotel, la predilección de Hemingway por la habitación 511 también estaba inclinada por el precio preferencial por el que disfrutaba dicha habitación.

El 8 de abril de 1933, Hemingway invita de Key West a Jannet Flanner a que viaje a La Habana. En su invitación le explica que  deben quedarse en un hotel llamado “Ambos Mundos”, con excelentes vistas de la ciudad y el puerto. Y expresa que las habitaciones son muy limpias y que solo por $ 2.00 podrían permanecer y trabajar.

En esa época los precios de una habitación individual costaba $ 5.00 (American Plan) y $ 3.00 (Plan Europeo) y un doble $ 9.00 (Plan americano) y $ 5.00 (Plan Europeo) pero Hemingway disfrutaba del módico pago de 2.00 $ por habitación por día.

Manolo Asper, entonces dueño del Hotel Ambos Munos, encantado con su ilustre huésped, que prefería esta pequeña instalación al lujoso Hotel Sevilla, le hacía descuentos en el precio de la habitación porque el aura que ya rodeaba a Hemingway atraía a muchos turistas y a otros grandes nombres de la literatura como John Dos Passos y Scott Fitzgerald, amigos del escritor.

Muchas razones tuvo Ernest Hemingway cuando expresó que el Hotel Ambos Mundos era un buen sitio para escribir. Aquí terminó el libro Muerte en la tarde (1932), y comenzó las novelas Las verdes colinas de África (1935) y Tener y no tener (1937).

Incluso, después de mudarse a Finca Vigía en 1939 a insistencia de su tercera esposa, la también escritora y periodista Martha Gellhorn, Hemingway siguió recibiendo su correspondencia en el hotel habanero durante más de la mitad de la década de 1940.

La habitación 511 donde se alojó el Premio Nobel de Literatura durante los años 30 del siglo XX se conserva actualmente como un pequeño museo que atesora varias de sus pertenencias.

Allí están muchos de sus textos, fotografías, cartas recibidas y documentos oficiales que hablan de sus preocupaciones de entonces. Muy cerca la máquina de escribir, la misma que lo acompañó en sus horas de creación. Sobre un mueble la réplica en miniatura de su yate El Pilar recuerdo de su predilección por el mar, aunque este objeto es posterior a su estancia en el hotel. Sin embargo, resulta curioso el closet donde sorprenden varios objetos personales del autor. Piezas de ropa diversas y sus maletas colocadas en igual disposición a las de entonces, hacen de la estancia un espacio mucho más íntimo, acogedor y cercano.