Circuito Carrerá, una de las primeras cadenas de cine y teatros en Cuba, que la Revolución terminó destruyendo

Laritza Sánchez

Circuito Carrerá, una de las primeras cadenas de cine y teatros en Cuba, que la Revolución terminó destruyendo

El circuito Carrerá fue una antigua cadena de cines y teatros en Cuba; propiedad de Edelberto Carrerá Delgado, quien fuera presidente de otras instituciones como el famoso centro de recreo Habana Biltmore Yacht and Country Club, la Unión Nacional de Empresarios, la comisión Nacional de Turismo y de los Rotarios de La Habana; inició en el giro cinematográfico en el año 1920 con la inauguración del cine Habana.

Muchos de los actuales cines y teatros de la ciudad pertenecieron a dicha cadena, tal es el caso de los teatros Auditorium y Trianón y los cines Acapulco, Infanta, San Francisco y Astor. También dirigió oficinas en el Centro Fílmico en Almendares y Benjumeda, así como en 35 y 26 en Nuevo Vedado.

El circuito Carrerá fue nacionalizado por el Gobierno de Cuba en octubre de 1960 y aparece, junto a otras diez empresas, en el Grupo W «Circuitos Cinemátográficos y Cines» como parte del listado de empresas expropiadas, publicado en la Gaceta Oficial el 13 de octubre de 1960.

El teatro Auditorium, sito en Calzada y D, es una construcción de estilo renacentista; llevada a cabo por Albarrán y Bibal con planos de Moenck y Quintero. En sus inicios era propiedad de la Sociedad Pro Arte Musical que desde 1935 lo arrendó para proyectar películas con sonido de alta calidad. Fue la sede principal de las óperas, conciertos y ballets que organizaba dicha sociedad; aunque en determinados momentos sus puertas abrieron al público no asociado a Pro Arte Musical con el objetivo de que asistiera a funciones que tenían un carácter menos elitista e inclusivo.

En Línea No.706 entre Paseo y A se encuentra el emblemático cine-teatro Trianón que desde los años 20´ fue uno de los principales teatros de La Habana, pero pasó a ser propiedad de Carrerá a inicios de los años 30´. También bajo su rubro se encontraban el cine Acapulco, en 26 y 37 en Nuevo Vedado, último de los cines inaugurados durante la República, y los cines Infanta y San Miguel y Belascoaín sitos en Infanta y Neptuno y en Belascoaín y Peñalver, respectivamente.

De las instalaciones que formaban parte de esta antigua cadena se conservan activos los teatros Auditorium y Trianón y los cines Acapulco e Infanta.