¡Increíble! Esta iglesia en La Habana tiene todos sus altares enchapados en oro (+ Fotos)

Redacción

¡Increíble! Esta iglesia en La Habana tiene todos sus altares enchapados en oro

Sin lugar a dudas uno de los templos religiosos más bellos en Cuba es la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario, la cual se encuentra en un pequeño poblado perteneciente al municipio Cotorro, en La Habana.

Conocida también como La Catedral de los campos de Cuba, esta construcción de cantera y teja fue mandada a levantar por el Conde de Casa Bayona, quien buscaba que la virgen estuviese en un sitio desde el que divisara los campos de Cuba y les otorgase sus bendiciones.

La iglesia constituye uno de los ejemplos más singulares del barroco criollo en la Isla, cuyos atributos la hicieron elevar al rango de catedral por el Cardenal cubano de entonces y a ser declarada Monumento Nacional por el Congreso de la República en 1946, una condición que fue ratificada en 1987 por la Comisión Nacional de Monumentos de la era revolucionaria.

Vista del Altar Mayor de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario

Con su estilo sobrio, y sin grandes adornos, desde el exterior de la iglesia resulta imposible imaginar lo maravilloso que resulta su interior.

Uno de sus principales atractivos lo constituyen sus columnas salomónicas recubiertas de oro en el altar mayor, con sus hojas de acanto entretejidas y sus guirnaldas barrocas.

Varios afirman que la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario es una de las joyas arquitectónicas más hermosas de Cuba

La nave central, en forma de cruz, posee 55 metros de largo y 25 de ancho. Existen en ella once altares, casi todos de cedro que imitan el mármol, enchapados en oro de 22 quilates y bordeados de columnas delicadamente talladas que parecen finos encajes. El altar mayor posee 10 metros de ancho por 15 de alto, impresionante por sus grandes dimensiones. Los techos y las cúpulas están hechos de armaduras de madera tejida, en una variante muy particular del estilo colonial cubano. La amplitud, las técnicas empleadas y la calidad de los decorados, la reafirman como Catedral de los campos de Cuba.

El templo resguarda numerosos tesoros de mucho valor, entre los que destacan cuatro pechinas de José Nicolás de Escalera Tamariz, quien está considerado como el pionero de la pintura cubana.

Son escenas al óleo en forma triangular, realizadas en gran formato con aproximadamente 4.30 metros de largo por cada lado, que se hallan ubicadas en el alfarje del crucero de la iglesia.

Detalles de uno de los altares de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario

Los fondos de la institución cuentan además con una copia manuscrita de la Real Cédula con la firma del Rey Felipe V, y el libro del Becerro, documento más antiguo de la época colonial en el que se registraban principalmente las compras y ventas, poderes y escrituras de los primeros pobladores de Santa María del Rosario. Las catacumbas también se presentan como tesoros del recinto.

Si grande es la belleza del templo, la relación de personalidades ilustres que lo han visitado no se queda atrás. Allí se casó Alejo Carpentier, fue bautizado el Doctor Tomás Romay Chacón, primer científico cubano graduado en medicina. Además, a sus predios han llegado por las más disimiles razones algunas otras destacadas figuras como el Obispo Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, el Obispo de Espada, Ignacio Agramonte y más recientemente la Reina Sofía, quien la visitó en 1999.

Detalles de uno de los altares de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario