Así era La Habana turística antes de 1959

Redacción

Así era La Habana turística de la década del 30 del siglo pasado

Desde tiempos inmemoriales, La Habana siempre ha cautivado y causado una grata sensación de sorpresa y admiración a quienes la visitan. Quienes ponía un pie en ella hace casi cien años la descubrían limpia, alegre, elegante y acogedora. Hoy, te compartimos algunos detalles de cómo era hacer turismo en La Habana por aquel entonces.

En la primera mitad de la década del 50 se fundaron o ya existían en La Habana los hoteles Comodoro, Copacabana, Bruzón, Vedado, Chateau -Miramar, Colina, Rosita de Hornedo, Lido y otros. Al finalizar la década se habían inaugurado hoteles como St. John’s, Capri, Copacabana, Riviera, Flamingo. Deauville y el famosos Habana Hilton.

Uno de los que más se destacaba era el Hotel Sevilla, que, con sus aires de rascacielos, justo en medio del elegante paseo del prado, constituía el espacio perfecto para deleitarse con las síncopas de las jazz bands.

La Habana llegó a ser la ciudad de mayor recepción de turistas de todo el Caribe

Otro de los grandes atractivos era el Majestuoso Hotel Inglaterra, aunque el también lucían su encanto propio el Hotel Plaza (con su alta terraza) y el Hotel Unión.

Todo aquello que anhelaba un turista lo podía encontrar sin problemas en La Habana de aquellos años.

Hipódromos, frontones de pelota vasca, un cinódromo y todo un abanico de posibilidades en cuanto clubs se refiere, eran solo algunos de los tantos atractivos.

Si se habla de cabarets y restaurantes de lujo, La Habana tampoco tenía nada que envidiar a otras grandes ciudades del mundo. Uno de ellos era el elitista Casino de Playa, el cual era el sitio preferido de la alta sociedad y contaba en su interior con numerosas obras de gran valor.

En los grandes hoteles se desarrollaron los salones de juego, llegándose a decir que no eran hoteles, sino casinos de juego con alojamiento y otros servicios.

En La Habana también se encontraban algunos teatros de primer nivel. Tal es el caso del Teatro Nacional, el Payret, el Campoamor, el ya desaparecido Alhambra y el hoy remozado Teatro Martí. Todo estos eran tan solo una pequeña parte de la gran cantidad de cines teatros que se encontraban dispersos por toda la capital y de los cuales La Habana podía enorgullecerse.

Entre la década de 1950 a 1959 el turismo se convirtió en la tercera fuente de ingresos del país, después del azucar y el tabaco. El principal mercado emisor – EEUU (8 de cada 10 visitantes eran norteamericanos). En 1959 el 87 % del total de visitantes provenía de ese mercado.

El número de turistas creció desde 166 mil en 1950 hasta 275 mil en 1957 (cifra record) para una tasa anual del 8%. La estancia media era de tres días, principalmente los fines de semana.