Hotel Sevilla, el que en su día fuera el hotel más elegante y lujoso de La Habana

Redacción

Hotel Sevilla, el que en su día fuera el hotel más elegante y lujoso de La Habana

El Hotel Sevilla de La Habana cumplió este 2020 112 años con sus puertas abiertas a una urbe sumamente turística y a la que muchos de los visitantes extranjeros llegan interesados en conocer casas de descanso con historia.

Ubicado en la calle Trocadero número 55 entre Prado y Zulueta, acapara la atención de los viajeros por su belleza y los acontecimientos que ocurrieron en sus salones.

Construido en 1908 con marcada influencia mudéjar en su arquitectura, se encuentra situado en el Paseo del Prado, una de las arterias más concurridas de La Habana.

Por su elegancia no sólo fue el Hotel más lujoso, sino el más elegante, grande y confortable.

Es uno de los cuatro grandes hoteles históricos de esta villa (Sevilla, Inglaterra, Plaza y Saratoga) próximos al Parque Central, próximo a la zona antigua de la urbe.

Los trabajos de construcción del Sevilla se iniciaron en 1880, en tiempos de la colonia española, por la compañía cubana El Guardián. Perfecto López era el presidente y Felipe Beltrán el administrador de esa firma constructora.

Ambos estuvieron en la ceremonia de inauguración el 22 de marzo de 1908, cuando según costumbre de la época, Perfecto López fue el padrino del Hotel, y María Pilar de Beltrán la madrina.

El Hotel Sevilla se construyó a un costado del Paseo del Prado, fuera de las antiguas murallas de la ciudad vieja.

El Sevilla Biltmore, como fue conocido antes de la Revolución, era uni de los establecimientos que la Mafia poseía y operaba en La Habana.

Sus líneas arquitectónicas moriscas fueron copiadas del famoso Patio de los Leones del palacio Alhambra, de Granada, España, distinguiéndose por sus arcadas, columnas y paredes recubiertas de azulejos sevillanos.

No sólo fue el Hotel más lujoso, sino el más elegante, grande y confortable de su momento, con destaque actual.

El Hotel disponía de 300 habitaciones y nueve suites, todas con cuarto de baño y teléfono, algo novedoso para la época. El mobiliario fue encargado a la casa comercial cubana Vila y Rodríguez.

El mejor lugar del Sevilla es su restaurante en la azotea el cuál fue una vez el magnífico salón de baile del hotel.

El Gran Hotel Sevilla cambió de dueño y nombre en 1924. Pasó a la compañía estadounidense Bowman Hotel, que compró el edificio vecino y lo adicionó al Hotel que desde entonces se llamó Sevilla Biltmore, aunque siempre se conoció como Hotel Sevilla.

En 1930 el Hotel volvió a cambiar de propietario, por Amleto Battisti, uruguayo de origen italiano, compró la instalación e introdujo reformas, como la apertura de un bar con aire acondicionado, cuyo decorado fue realizado por el famoso caricaturista Conrado Massager.

El Roof Garden y sus lujosos salones fueron centro de desfiles de moda e importantes eventos culturales y sociales a los que daban brillo los personajes de paso y los huéspedes asiduos.

En enero de 1959 cambia la historia del Hotel, pues Battisti, comprometido en negocios con la mafia norteamericana y el gobierno de Fulgencio Batista se asila en la embajada de Uruguay, y el Sevilla es intervenido por el gobierno revolucionario.

 

Por el Sevilla pasaron el pintor español José María López Mesquita, la rumbera cubana Tongolele, la pareja de baile Veloz y Yolanda, Herbert Matthews, jefe de redacción de The New York Times, o Patricia Schmidt, famosa bailarina norteamericana.

La lista de sus huéspedes es larga con Al Capone, que alquiló el piso seis completo, Ignacio Villa (Bola de Nieve), Joe Louis, campeón mundial de boxeo, o Josephine Baker, Enrico Caruso, Hugo del Carril y Ted Williams.

En la actualidad Hotel Mercure Sevilla La Habana, con 178 habitaciones, constituye una maravilla de la arquitectura, escenario histórico y un lugar ineludible a visitar