Los tres Villalobos, la radionovela que paralizaba a Cuba en la década de los 50

Laritza Sánchez

Los tres Villalobos, la radionovela que paralizaba a Cuba en la década de los 50

Las aventuras “Los tres Villalobos”, original del autor cubano Armando Couto, nacieron en RHC, Cadena Azul en 1943 y se consolidaron en CMQ Radio en la década del 50.

Desde aquí se extendieron fuera de fronteras por las frecuencias de Onda Corta, mucho antes de que numerosas emisoras realizaran sus propias versiones y las difundieran en más de una decena de países en la Región.

Cuando en las décadas del cuarenta y cincuenta del pasado siglo el público disfrutaba, desde las ondas radiales, los episodios de tres hermanos que enfrentaban las injusticias cometidas contra el campesinado en la época neocolonial, nadie pensó que estas aventuras gozaran durante más de 20 años de tan rotundo éxito. Se transmitía de lunes a viernes.

Este programa fue seleccionado como “mejor programa” en el Anuario Cinematográfico y Radial Cubano, 17 a, Edición Anual 1957, publicado en La Habana y que relaciona los programas más destacados de 1956 y las personalidades homenajeadas con diplomas especiales, según la selección de la A. C. R. Y. T.

Como ya mencionamos, la serie se inició en Cuba a inicios de los años cuarenta, en la época dorada de la radiodifusión en la isla, de donde se recuerda “El derecho de nacer”, de Felix B. Caignet, que en su momento culminante paralizó todas las actividades de ese país. En esos tiempos, los grandes consorcios se encargaban sus propias radioseries y así fue que los fabricantes del jabón Sabatés, que eran una subsidiaria de la transnacional “Procter and Gamble”, le solicitaron al escritor Armando Couto una serie radial que inicialmente se trasmitiría en la emisora RHC, Cadena Azul. Posteriormente con el copatrocinio del “Chocolates La Gloria” y el “Jabón Elsa” de la fábrica Sabatés, se trasladó a la emblemática emisora CMQ Radio.

La serie era narrada y actuada con extremo profesionalismo y al igual que toda serie, tenía sus momentos de suspenso que siempre se resolvían en el siguiente capítulo. Además de los Tres Villalobos, estaban otros personajes como Emilio Capetillo, Cecilia o Sakiri (que al parecer era malayo pues regularmente evocaba los proverbios de su tierra). Más tarde y para crear nuevas situaciones, el autor introdujo otros personajes al movimiento guerrillero de la isla: el General Castrillón, el Capitán Armenteros y un tenebroso Gaucho Nevara. La lucha era un tanto anacrónica, con batallones a caballo… pero a todos encantaba.

Era tal su popularidad que en un capitulo se corrió la noticia de la muerte de Rodolfo y al final los dos hermanos van a buscarlo y encuentran un ataúd y al abrirlo Machito gritaba: ¡Rodolfo! y ahí terminó el capítulo. Esa tarde todo el pueblo no habló de otra cosa que de la muerte de Rodolfo y muchos con el rostro compungido hablaban de la terrible pérdida de Rodolfo Villalobos, como si se tratara de un familiar o un paisano del pueblo. Por supuesto que esto solo fue un recurso para crear expectativas a sus seguidores y al día siguiente resultó que solo había sido una confusión y Rodolfo estaba vivo.

Mucha gente respiró tranquila.

Se editó un álbum de “postalitas”, que respondía a cuatro de las aventuras de los famosos hermanos: “La Venganza de los Villalobos”, “Esclavos de la Selva”, “El Terror del Llano” y “Camino de Acero”. Cada una de las cuatro aventuras de Los Tres Villalobos empleaba unas veinticinco postalitas en el desarrollo de su drama. En total el álbum tenía cien postalitas. Todavía hoy, estas postalitas son de interés de coleccionistas y fanáticos de la serie.

En México también se les dio la bienvenida a estas viñetas a partir del 27 de junio de 1977 por cuenta de la Editorial América, impresas en MÉXICO por PUBLICACIONES CONTINENTALES. La serie dibujada por el equipo encabezado por Miguel F. Callejas y con argumentos del propio autor se mantuvo en venta hasta principios de los años ochenta cuando se convirtió de una revista de aparición semanal.

Con el entusiasmo generado por el éxito en toda América Latina, el cine mexicano rodó en 1955 la película “Los tres Villalobos”, con Joaquín Cordero en el papel de Miguelón, Raúl Luzardo como Rodolfo y Freddy Fernández como Machito; y para adornar el film se incluyó en el reparto a la guapa Evangelina Elizondo.

También realizaron dos coproducciones cinematográficas con Cuba, rodadas en 1956: “La justicia de los Villalobos y “Aquí están los Villalobos”. En ambas películas los protagonistas fueron: Ramón Gay (Rodolfo), Raúl Martínez (Miguelón) y Nobel Vega (Machito), secundados por un elenco de actores y actrices mexicanos. Como dato curioso participó en ella Jesús Alvariño. Las dos se filmaron a un mismo tiempo en la provincia de Camagüey. Con muy pocos recursos y utilizando muchas imágenes sacadas de películas y series norteamericanas.

La dirección de Enrique Zambrano. El Guión de Armando Couto, adaptado al cine por Ramón Peón. En ellas ya Los Villalobos, aventureros que van haciendo el bien y luchan contra la maldad.

Fue sin dudas este programa radial de aventuras el que acaparó la atención de los niños y jóvenes durante mucho tiempo. Había un estribillo musical que decía: “tres eran tres/ los tres Villalobos/ tres eran tres/ y ninguno era bobo”. Me imagino algunos lo recuerden, porque incluso perduró más allá de esa época.

Los personajes eran: Miguelón, Rodolfo y Machito Villalobos. En la radio los protagonistas fueron: Rolando Leyva (Miguelón), Ernesto Galindo (Rodolfo) y Jesús Alvariño (Machito).

Sus caballos se llamaban: Azabache, Centella y Tormenta