Enrique Yero o como arriesgar la vida en una chivichana lanzándose desde una empinada en Cuba

Redacción

Que la chivichana sea popular en las lomas y las zonas rurales de Cuba debido a que es una forma económica y práctica de transportar personas y mercancías en áreas donde otros vehículos no pueden llegar y que los campesinos y trabajadores rurales a menudo las utilizan para llevar sus productos al mercado o para transportarlos a sus hogares, no es otra cosa que la demostración del fracaso socialista en la isla, que impone en pleno Siglo XXI “a más de diez personas” a usar este artefacto endemoniado, para transportarse mientras desafían en cada curva un peligro, y hasta la propia muerte.

El artículo publicado en el diario oficialista La Demajagua cuenta la historia de Enrique Yero Reyes, un hombre de 50 años que ha creado una chivichana para transportar personas y objetos por la empinada carretera desde su finca en El Naranjo hasta Santo Domingo en Cuba. Aunque el artículo presenta la historia de manera positiva, la realidad es que Enrique y otras diez personas se juegan la vida cada día al usar estos carros de madera para subsistir económicamente en una de las zonas más empinadas y difíciles de Cuba, con pendientes de hasta 40 grados de inclinación.

La situación de los campesinos en las lomas del Oriente de Cuba es difícil debido a las condiciones geográficas de la zona. Las lomas son montañas empinadas y escarpadas que dificultan la agricultura y el transporte, y la falta de infraestructura en la zona hace que el transporte de productos y materiales sea un riesgo diario. Los caminos son a menudo estrechos, empinados y llenos de baches, lo que dificulta el acceso a las zonas rurales y hace que el transporte sea lento y costoso.

La chivichana es una forma popular de transporte en las zonas rurales y montañosas de Cuba. Son carros hechos a mano que se utilizan para transportar personas, alimentos, materiales de construcción y otros productos a través de caminos rurales empinados y sin pavimentar. Aunque esta forma de transporte es económica y práctica en áreas donde otros vehículos no pueden llegar, el hecho de que personas como Enrique y otras diez tengan que usarla para subsistir económica y físicamente es una demostración del fracaso socialista en la isla.

Además de tener que enfrentar peligros diarios, como la falta de infraestructura vial y la fragilidad de los carros de madera, campesinos como Enrique tienen que lidiar con problemas como la sequía, las plagas y las enfermedades de los cultivos, lo que puede afectar sus cosechas y su sustento. Muchos campesinos en la zona viven en condiciones deplorables y tienen acceso limitado a servicios básicos como la atención médica y la educación.

La realidad es que el uso de las chivichanas en Cuba es un reflejo de las deficiencias del sistema socialista en la isla. Aunque la situación ha mejorado en los últimos años con la llegada de algunos recursos y la apertura de ciertos mercados, la falta de inversión en infraestructura y el control estatal sobre la economía limitan el progreso en el campo y en otros sectores de la sociedad.