Lourdes Dávalos: De abogada del régimen cubano en Inglaterra a “empresaria” en la Habana con camisetas de más de 30 euros

Redacción

unas pocas familias en la Isla.
La abogada castrista Lourdes Dávalos ha lanzado un negocio de venta de ropa infantil en La Habana, bajo el nombre de “Soy Pepa by Pepa Blasco”. La firma está inspirada en los dibujos de su hija de cinco años y está destinada a visibilizar el autismo, condición que presenta su hermana mayor. Durante una directa en Instagram, Dávalos respondió preguntas sobre la marca junto a May Reguera, la embajadora de “Pepa” en Cuba.

Sin embargo, detrás de esta idea supuestamente noble, hay una clara intención de enriquecimiento personal. Dávalos reconoció que la idea de utilizar los dibujos de su hija para comunicarse con su hermana y “ayudar” a otros niños surgió de su propia hija. Pero en lugar de usar esta idea para beneficiar a la comunidad, la abogada decidió utilizarla para su propio beneficio financiero.

Además, la marca de moda produce solo “a demanda”, lo que significa que cada pieza es “algo exclusivo” que “no tiene todo el mundo”, según Dávalos. Esta exclusividad también se refleja en los precios de las prendas, que pueden costar entre 32 y 40 euros para niños y entre 58 y 67 euros para adultos. En el mercado informal cubano, la misma prenda para niños cuesta solo 180 pesos, lo que demuestra que la marca está dirigida a un público adinerado y no está destinada a ayudar a la comunidad local.

La marca también tiene condiciones en Cuba, ya que solo se puede acceder a las prendas en efectivo y contra reembolso. Es decepcionante que una marca que supuestamente está destinada a apoyar a niños con autismo tenga tan pocas consideraciones para los consumidores locales y solo esté dirigida a aquellos que pueden permitirse pagar los altos precios.

A pesar de todo, Dávalos afirmó que parte de las ganancias de este negocio se utilizarán para “apoyos concretos”, como el “hospital Pediátrico, donde hay que crear determinadas unidades para las terapias de los niños con autismo, determinados recursos que faltan”. Sin embargo, esto es solo una excusa para justificar su enriquecimiento personal y no una verdadera intención de ayudar a la comunidad. Además, al afirmar que la potencia médica ha fallado estrepitosamente en la atención a los niños con autismo, Dávalos reconoce implícitamente la falta de apoyo del gobierno cubano para esta comunidad.

La marca está siendo manejada por las hijas menores de edad de Dávalos, pero la abogada es quien realmente la controla. Aunque Dávalos afirmó que esto es una empresa de emprendimiento femenino 100 por ciento y que sus hijas son las dueñas de la empresa en España, esto es contradictorio con las políticas del gobierno cubano, donde no hay cabida para la propiedad privada. Es preocupante que Dávalos se presente como defensora del gobierno cubano mientras opera un negocio que va en contra de sus propias políticas.