Esta comunidad cubana lleva más de un año sin agua potable y hasta los han llamado “breteros y chanchulleros” por reclamar sus derechos

Redacción

La falta de acceso al agua potable es una situación crítica que enfrenta la comunidad de San Vicente, en Corralillo, Cuba. Durante más de un año, los residentes de esta pequeña comunidad han estado esperando que las autoridades proporcionen agua potable a sus hogares. A pesar de los esfuerzos y la cotización presentada hace un año, el problema aún no se ha solucionado.

La comunidad de San Vicente cuenta con una bodega de abastecimiento, un círculo agendado, un consultorio médico, una escuela primaria, un termo de leche y una cooperativa. Esta última abastece a 35 viviendas y a los establecimientos antes mencionados. Todo funcionaba bien hasta que el transformador se quemó hace más de un año. Desde entonces, la administración de la cooperativa no ha prestado interés en resolver el problema.

FOTO: Alberto Arego FB

Según un testimonio anónimo, el jueves 13 de abril, funcionarios del gobierno, del comité central y provincial, y representantes del gobierno y el partido en Corralillo visitaron la comunidad para abordar el problema del agua. Sin embargo, las respuestas dadas en la reunión fueron decepcionantes para los vecinos, ya que fueron calificados de “breteras y chanchulleras”. Esta actitud solo ha aumentado la frustración de los residentes.

El problema tiene una solución sencilla: solo se necesita un transformador que se solicitó hace un año y un poco de amor por el prójimo. Sin embargo, la compañera administradora de la cooperativa, identificada como Yordanka, se ha convertido en un obstáculo para resolver el problema. El pozo y la turbina están dentro de la cooperativa, y aunque se solucione el problema del transformador, es probable que la administradora siga negando el acceso al agua a la comunidad de San Vicente.

La comunidad de San Vicente también cuenta con un acueducto que se encuentra dentro de la comunidad y que bombea agua potable durante todo el día, pero inexplicablemente, no puede suministrar agua a la comunidad. Además, los trabajadores de la cooperativa han solicitado el uso de un taller abandonado para construir hogares, pero Yordanka se niega a conceder la solicitud.