Gobierno cubano reconoce “escasez de dinero en efectivo” en el país y culpa a la “alta demanda”

Redacción

El gobierno cubano ha admitido la escasez de efectivo en la isla, al tiempo que justifica los altos costos asociados con la emisión de billetes. Según el ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, durante su intervención en la Asamblea Nacional, hay “falta de dinero en moneda de papel, porque la demanda es alta y nuestra capacidad de insertar billetes no satisface esa demanda”.

Gil Fernández también hizo hincapié en la necesidad de promover la bancarización de las transacciones como una forma de mejorar la transparencia, seguridad y control, así como facilitar el seguimiento de las operaciones para propósitos fiscales. Según él, “imprimir billetes físicos implica altos costos en términos de emisión, custodia y manejo”, tal como se menciona en los informes de prensa.

En línea con este objetivo, se ha implementado el monedero móvil de Etecsa para avanzar en la digitalización de las operaciones financieras y aumentar la disponibilidad de bienes y servicios. Este servicio permite realizar pagos electrónicos tanto en pesos cubanos como en moneda extranjera, sin necesidad de utilizar una tarjeta magnética. A pesar de estos avances, el ministro reconoció que aún existen obstáculos, como la resistencia en algunos lugares para aceptar pagos móviles.

La escasez de efectivo en Cuba y las largas filas en los cajeros automáticos han sido temas recurrentes en las últimas semanas. Ante esta situación, se espera que se implementen restricciones para limitar las extracciones en efectivo de los cajeros automáticos, especialmente por parte de los trabajadores privados, con el objetivo de prolongar la disponibilidad de efectivo. Además, se ha señalado que las empresas, las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) y los cuentapropistas, que manejan grandes volúmenes de dinero para sus transacciones, suelen mostrar reticencia a utilizar los canales electrónicos debido a sus preocupaciones sobre el control financiero.

En este contexto, las instituciones bancarias han destacado que el enfoque no es aumentar el número de cajeros automáticos, sino promover las transacciones a través de canales de pago electrónicos. El objetivo es fomentar el uso de estos canales para mejorar la trazabilidad y facilitar la gestión financiera de las empresas y cuentapropistas.