La historia casi desconocida de cuando la famosa actriz Rita Hayworth intentó suicidarse en el Hotel Capri

Redacción

La trágica vida de Rita Hayworth, la famosa pelirroja de Hollywood, está llena de altibajos y curiosidades que a menudo pasan desapercibidas. Aunque es recordada por su icónica interpretación en la película “Gilda”, pocos saben que durante su visita a Cuba en 1958, estuvo al borde del suicidio en el hotel Capri de La Habana. Este incidente marcó uno de los momentos más oscuros de su vida.

Nacida el 17 de octubre de 1918 en Brooklyn, Nueva York, Rita Hayworth atravesó una serie de dificultades y desventuras a lo largo de su existencia. Tras un complicado matrimonio, la pérdida de la custodia de sus hijas y una carrera en declive, la famosa actriz decidió viajar a Cuba en busca de un respiro. Sin embargo, su intento de escapar de sus problemas amorosos y profesionales la condujo a una situación desesperada.

En el pintoresco hotel Capri de La Habana, situado en el lujoso barrio del Vedado, Rita Hayworth fue encontrada en estado crítico en una de las habitaciones. Había ingerido una alta dosis de somníferos mezclados con alcohol, sumergiéndose en la oscuridad de la desesperación. Aquella noche, había cenado en compañía de su único acompañante, Roger Crawford, su representante en ese entonces. Luego, asistió a un cabaret donde disfrutó de la voz de Olga Guillot. Al amanecer, fue descubierta desvanecida y rápidamente se llamó al Dr. Gálvez, un conocido médico de la época, quien logró salvarla mediante el uso de métodos para inducir el vómito.

El intento de suicidio de Rita Hayworth se mantuvo en secreto, evitando la atención de los medios de comunicación de la época. Pronto, un avión privado enviado por la importante empresa cinematográfica Fox de los Estados Unidos la rescató de la isla, poniendo fin a su fugaz estancia en Cuba. Rita nunca regresaría a aquel lugar que había visitado anteriormente en 1948, durante una gira promocional de su película “La dama de Shanghái”.

A pesar de su éxito y fama mundial, la vida de Rita Hayworth estuvo plagada de dificultades. Proveniente de una familia vinculada al mundo del espectáculo, su padre era un bailarín y actor sevillano, mientras que su madre era una bailarina de poca relevancia. La joven Margarita, como se llamaba en ese entonces, comenzó a trabajar junto a su padre en clubes nocturnos de segunda categoría para poder sobrevivir. Fue durante una de sus presentaciones que fue descubierta por un magnate de la compañía cinematográfica Fox, quien le cambió su nombre a Rita Cansino. Más tarde, adoptaría el apellido materno, Hayworth, y así se convertiría en una estrella mundialmente reconocida.

Para poder triunfar en la industria del cine, Rita Hayworth tuvo que someterse a una transformación radical. A través de técnicas de electrodepilación y estrictas dietas, se modificó su apariencia física para cumplir con los estándares de Hollywood. Su cabello negro azabache fue teñido de pelirrojo, convirtiéndose así en su distintivo más reconocible. Su éxito culminante llegaría con la película “Gilda” en 1946, que la catapultó como una de las mujeres más deseadas del mundo.

La vida personal de Rita Hayworth estuvo marcada por múltiples matrimonios y desencantos amorosos. Contrajo matrimonio en cinco ocasiones, siendo sus esposos Edward Judson, Orson Welles, el príncipe Ali Khan, Dick Haymes y el director James Hill. A pesar de tener dos hijas, Rebeca y Yasmin, que ella describió como “la única alegría de su vida”, la actriz experimentó una serie de dificultades y desengaños sentimentales. Una vez declaró a la prensa: “Todos los hombres que he conocido se van a la cama con Gilda y despiertan conmigo”.

Rita Hayworth también estuvo a punto de interpretar uno de los papeles más emblemáticos del cine: el de Ilsa Lund en la película “Casablanca” (1942). Sin embargo, debido a circunstancias fuera de su control, el papel terminó siendo interpretado por Ingrid Bergman, quien en ese momento era menos conocida.

A medida que avanzaba la década de 1960, la carrera de Rita Hayworth sufrió un declive significativo. En 1972, abandonó el cine de manera definitiva y, poco después, comenzaron a manifestarse los primeros síntomas del Alzheimer. Desafortunadamente, en aquel entonces, la enfermedad no estaba diagnosticada y fue confundida con problemas de alcoholismo. El 14 de mayo de 1987, a los 68 años, Rita falleció en su apartamento de Manhattan a causa del Alzheimer, convirtiéndose así en el primer rostro famoso asociado con esta enfermedad. Sus hijas se encargaron de cuidarla hasta el triste final.