Casinos y la Mafia en Cuba antes de 1959: El auge y caída del paraíso del juego

Redacción

Antes de la revolución de 1959, Cuba, y en particular su capital, La Habana, era un imán para turistas, aventureros y, notablemente, para la mafia estadounidense. Durante las décadas de 1920 a 1950, la isla se convirtió en un refugio para el juego, el entretenimiento y las operaciones ilícitas, con la mafia estableciendo una fuerte presencia e influencia en el país.

Meyer Lansky: El Cerebro detrás del Imperio del Juego

Meyer Lansky, a menudo referido como el “cerebro de la mafia”, fue uno de los principales arquitectos del auge del juego en Cuba. Atraído por las oportunidades que ofrecía la isla, Lansky estableció el famoso Hotel Riviera en La Habana en 1957, que contaba con un casino, un club nocturno y otras lujosas amenidades. Lansky también tuvo una participación significativa en el Hotel Nacional y el Montmartre Club. Su influencia era tan grande que se dice que tenía una relación cercana con el presidente Fulgencio Batista, asegurando protección y favores para sus operaciones.

Santo Trafficante Jr.: El Padrino de Cuba

Otro mafioso prominente que dejó su huella en Cuba fue Santo Trafficante Jr., jefe de la familia del crimen de Tampa. Trafficante vio el potencial de Cuba como un refugio para el juego y otras operaciones ilícitas. Invirtió en varios casinos en La Habana, incluido el Casino Internacional, y estableció alianzas con mafiosos locales y políticos corruptos. Se rumorea que Trafficante tenía conexiones con el gobierno cubano y que incluso estaba involucrado en tramas para asesinar a Fidel Castro después de la revolución.

Charles “Lucky” Luciano: El Retorno al Poder

Aunque Charles “Lucky” Luciano fue deportado a Italia en 1946, encontró en Cuba una manera de regresar al hemisferio occidental y continuar sus operaciones. En 1946, Luciano celebró una famosa reunión en el Hotel Nacional de La Habana con otros líderes mafiosos, incluidos Lansky y Trafficante. Esta reunión, que se conoce como la “Conferencia de La Habana”, fue crucial para establecer la dirección y las operaciones de la mafia en los años venideros.

La Influencia de la Mafia en la Sociedad Cubana

Más allá de los casinos y clubes nocturnos, la mafia también influyó en la política y la economía cubanas. A través de sobornos, extorsiones y alianzas con políticos corruptos, la mafia aseguró que sus operaciones en Cuba fueran protegidas y rentables. Esta relación simbiótica con el gobierno de Batista permitió a la mafia operar con impunidad, lo que llevó a un aumento de la corrupción, la desigualdad y el descontento social en el país.

Sin embargo, no todo era juego y diversión. La mafia también estuvo involucrada en el tráfico de drogas, la prostitución y otras actividades ilícitas en Cuba. Estas operaciones generaban enormes ganancias, pero también traían consigo una serie de problemas sociales y morales.

El Fin de una Era

A pesar del poder e influencia de la mafia en Cuba, su reinado llegó a un abrupto final con la revolución de 1959. Fidel Castro vio a la mafia y a sus aliados en el gobierno cubano como símbolos de corrupción y decadencia. Tras la revolución, los casinos fueron cerrados, los mafiosos fueron expulsados y sus propiedades fueron nacionalizadas.