Un especialista en software, miembro del único partido permitido en Cuba, el comunista, compartió que en su grupo del partido les solicitaron contrarrestar la “campaña difamatoria” en torno al caso de Alejandro Gil, exministro de Economía y Planificación, acusado de corrupción. “Nos pidieron salir al paso a la ‘gusanera’ de Miami, apoyando a Raúl, Díaz-Canel y a la revolución en las redes sociales”, mencionó.
Un ingeniero industrial, miembro de la UJC, relató que en una reunión reciente se les pidió unidad ante los “momentos complejos” que enfrenta el país, sugiriendo que el “enemigo interno y externo” intentaría manipular el caso de Gil. “Se insinuó que Gil había traicionado la confianza de Raúl Castro y la revolución. Parece que esto es solo el comienzo y que habrá más consecuencias”, expresó.
Ricardo, cercano a altos dirigentes del régimen, comentó a Diario Las Américas que la destitución de Gil fue sospechosa y que detrás podrían estar altos mandos de GAESA y figuras históricas de la revolución. “Esto parece el inicio de un culebrón con varios capítulos. Gil podría estar implicado en delitos de corrupción con dueños de MIPYMES en Ciego de Ávila”, señaló.
Ricardo especula que detrás del caso Gil podría haber un intento de control de daños por parte del gobierno, ante la incertidumbre sobre la información que podrían tener las autoridades estadounidenses tras la detención de Mirtza Ocaña Lara en Tampa. “Este caso podría marcar un viraje hacia reformas económicas más profundas, con el sector militar buscando alianzas con cubanoamericanos exitosos”, añadió.
Para muchos cubanos, el caso Gil y los cambios en el gobierno no generan esperanza, sino más desconfianza. Giovanni, conductor de ambulancia, y Selma, maestra jubilada, coinciden en que los problemas de Cuba no se solucionarán con cambios de funcionarios o procesos judiciales. “Lo que necesitamos es una reconstrucción completa del sistema desde sus cimientos”, concluyen.
