Un cargamento de harina de trigo ha comenzado a descargarse en el puerto de Santiago de Cuba, lo que se espera que mejore ligeramente la disponibilidad de este ingrediente crucial para la producción del pan subsidiado que se distribuye a través del sistema de racionamiento. Sin embargo, las 8,300 toneladas de harina no son suficientes para satisfacer la demanda total, y la nueva estrategia de distribución consistirá en entregar pan a las tiendas de racionamiento “un día sí y un día no” para todos los consumidores, según lo confirmó el director provincial de la empresa de Alimentos en Villa Clara.
El funcionario explicó en la emisora estatal CMHW que continuarán utilizando “extensores” como calabaza, boniato y yuca para extender la duración de la harina asignada a la región. Esta medida se toma en respuesta a la reciente crisis de suministro de harina de trigo, que ha llevado a que el pan solo esté disponible para niños de 0 a 14 años durante las últimas dos semanas.
El nuevo Ministro de la Industria Alimentaria, Alberto López Díaz, quien anteriormente fue gobernador de Villa Clara, indicó que con el cargamento de harina recibido en Santiago de Cuba se espera cubrir las necesidades hasta finales de marzo. Actualmente, en la isla solo opera un molino de trigo, lo que obliga al gobierno a adquirir harina ya procesada, la cual resulta más costosa que el trigo sin moler.
Para satisfacer la demanda estatal de pan y productos de panadería, se requieren aproximadamente 700 toneladas diarias, según estimaciones oficiales. Sin embargo, los niveles actuales de abastecimiento están muy por debajo de esta cifra.
Mientras tanto, en medio de la crisis estatal, los propietarios de micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) dedicadas a la panadería están importando su propia harina y, como resultado, vendiendo pan y galletas en dólares. Por ejemplo, la Mipyme Los Cateura S.R.L de Guantánamo ha anunciado que venderá sus productos en dólares, aceptando pagos desde el extranjero o en efectivo directamente, como parte de una oferta para garantizar el suministro de pan durante 30 días, en un contexto de escasez generalizada del producto en las tiendas de racionamiento.
