En medio de la creciente crisis económica que afecta a Cuba, el presidente Miguel Díaz-Canel realizó una visita a la ciudad de Baracoa, en la provincia de Guantánamo, donde planteó una controvertida solución para abordar la escasez de alimentos: el trabajo voluntario. Durante su discurso, Díaz-Canel no escatimó en críticas, llegando incluso a llamar “vago” al pueblo.
En un video que circula en las redes sociales, el mandatario justifica los altos precios de los alimentos con la falta de producción interna, señalando que “Hasta que nosotros no produzcamos la comida que necesitamos no van a bajar los precios”. Esta declaración refleja la urgencia de encontrar soluciones efectivas para una situación económica cada vez más precaria.
Además, Díaz-Canel instó a la población a participar en jornadas de trabajo voluntario para aumentar la producción agrícola y así reducir la dependencia de las importaciones. Sin embargo, estas palabras han generado controversia, pues algunos consideran que responsabilizar al pueblo de la crisis es una muestra de la falta de liderazgo del gobierno cubano.
Durante su intercambio con los ciudadanos de Baracoa, el presidente también criticó a aquellos que, según él, están “desvinculados del estudio y el trabajo”, destacando la importancia de cumplir con los deberes sociales. Estas declaraciones, aunque polémicas, reflejan la complejidad de la situación socioeconómica que enfrenta el país.
A pesar de los esfuerzos del gobierno por controlar la narrativa, los problemas estructurales persisten. La visita de Díaz-Canel a Baracoa reveló la difícil situación de algunas industrias locales, como la fábrica de chocolates y la extractora de aceite de coco, que no logran alcanzar su máximo potencial debido a diversas dificultades, desde la calidad de la materia prima hasta la falta de recursos.
Ante este panorama desafiante, el presidente propuso medidas “innovadoras”, como la transformación del periódico oficialista Granma para atraer a un público más joven, y la conversión de una granja universitaria en una pequeña y mediana empresa privada (Mipyme). Estos intentos por modernizar la economía cubana reflejan la necesidad de adaptarse a un mundo en constante cambio.
En resumen, la visita de Miguel Díaz-Canel a Baracoa pone de manifiesto los desafíos y las contradicciones que enfrenta Cuba en su búsqueda de soluciones para la crisis económica. Mientras el gobierno busca alternativas, la población continúa luchando por sobrevivir en un entorno cada vez más difícil.
