Condenan a 15 años de prisión y una multa de medio millón de dólares a exembajador de Estados Unidos acusado de ser espía del régimen cubano

Redacción

Este viernes, un tribunal federal en Miami sentenció a Manuel Rocha, exembajador de Estados Unidos, a 15 años de prisión tras declararse culpable de espionaje para Cuba. La jueza Beth Bloom impuso a Rocha, de 73 años, una pena de 5 años por conspiración y 10 años adicionales por actuar como agente ilegal de un gobierno extranjero, según informó CNN.

La condena incluye también una multa de 250.000 dólares por cada uno de los cargos, multas que Rocha aceptó pagar. Adicionalmente, enfrentará tres años de libertad supervisada por cada cargo, lo cual representa la pena máxima permitida por la ley.

Durante la sentencia, la jueza Bloom expresó a Rocha: “Le diste la espalda a este país una y otra vez”. Rocha, por su parte, asumió toda la responsabilidad por sus actos y expresó su arrepentimiento: “Asumo toda la responsabilidad”, “Lo siento profundamente”, dijo, disculpándose con su familia.

En diciembre de 2023, los fiscales acusaron a Rocha de operar durante décadas como agente encubierto para los servicios de inteligencia de Cuba. Aunque inicialmente enfrentaba 15 cargos criminales, como parte de un acuerdo de culpabilidad, se retiraron los cargos relacionados con mentiras a investigadores y fraude electrónico.

La jueza Bloom había previamente rechazado un acuerdo de culpabilidad por considerar que carecía de provisiones para la restitución a las posibles víctimas y no incluía la desnaturalización del convicto por delitos graves. A pesar de ello, los fiscales sostuvieron que el Gobierno de EE.UU. es la única víctima en este caso.

Rocha fue arrestado en Miami el 1 de diciembre de 2023, después de confesar sus actividades a un agente del FBI que se hizo pasar por un espía cubano. Según la acusación, Rocha había tenido encuentros grabados con un agente del FBI que se hizo pasar por un representante de la inteligencia cubana, en los cuales se refirió a Estados Unidos como “el enemigo” y declaró que su objetivo en el Departamento de Estado fue “fortalecer la Revolución” cubana.

Durante su carrera, Rocha trabajó en el Departamento de Estado de EE.UU. entre 1981 y 2002, desempeñando varios roles en embajadas en países como República Dominicana, Honduras, México, Argentina y Bolivia. En 2006, la CIA recibió las primeras informaciones sobre sus actividades de espionaje, aunque inicialmente fueron recibidas con escepticismo.