Un lamentable incidente sacudió a la comunidad de Criciúma, en el sureño estado de Santa Catarina, Brasil, cuando un cubano residente en esa ciudad incendió su hogar con seis miembros de su familia adentro. El siniestro resultó en la trágica muerte de uno de sus hijos, una bebé de apenas tres meses, y de la abuela materna de la menor, quien también era suegra del agresor.
El evento tuvo lugar en la madrugada del pasado sábado en una vivienda de aproximadamente 100 metros cuadrados, situada en el barrio Vila Rica. La familia afectada, de origen cubano, estaba compuesta por siete personas: el perpetrador del crimen, Michael Zanabria Díaz, de 32 años; su esposa de 31 años, su suegra de 51 años, la pareja de su suegra de 58 años, una hijastra de 12 años y dos bebés gemelos de tres meses de edad, una niña y un niño.
Según informó la prensa local, todo comenzó cuando Zanabria Díaz, tras una acalorada discusión con su esposa, lanzó una botella de gasolina dentro de la casa. La esposa, quien se encuentra embarazada de gemelos, sufrió graves quemaduras en su cuerpo y está internada recibiendo tratamiento.
Durante el violento suceso, además de las dos víctimas mortales, el agresor también apuñaló gravemente al padrastro de su esposa. Los bomberos militares llegaron al lugar alrededor de las 2:30 de la madrugada, pero para ese momento el incendio ya estaba en una fase avanzada de desarrollo.
En las labores posteriores de rescate, los agentes encontraron los cuerpos carbonizados de la abuela y la bebé, quienes dormían en la misma habitación al momento del incendio. Una versión de los hechos publicada por un medio brasileño indica que Zanabria Díaz habría encerrado a su suegra y a la bebé en la habitación donde perecieron, mientras él mismo rescataba al otro gemelo.
La hijastra de 12 años y el gemelo varón resultaron ilesos del incendio. La tragedia movilizó a varias autoridades locales, incluyendo a la Policía Civil, Policía Científica, Instituto Médico Legal, SAMU, Bomberos Militares y el Consejo Tutelar.
Tras intentar huir, Zanabria Díaz, acusado de doble homicidio y de intento de feminicidio, fue detenido y trasladado al Centro de Guardia Regional de la Policía para las diligencias correspondientes. Sin embargo, según informó la Policía Civil, el hombre fue encontrado muerto en su celda la mañana del mismo sábado, aparentemente por suicidio.
Niover Licea, un reportero de sucesos, señaló que la familia era originaria de Cárdenas, Matanzas, y que llevaban apenas un año y medio residiendo en Brasil. La devastada familia ahora solicita ayuda para repatriar los cuerpos y cubrir los gastos médicos de los sobrevivientes.
La comunidad ha reaccionado con consternación ante este terrible acontecimiento. Las autoridades locales continúan investigando los motivos detrás de este acto de violencia extrema. La situación de los sobrevivientes es crítica, especialmente la esposa de Zanabria Díaz, quien lucha por su vida en un hospital.
El barrio Vila Rica, conocido por su tranquilidad, se vio sacudido por esta tragedia que dejó una profunda huella en todos los vecinos. Muchos de ellos expresaron su sorpresa y dolor ante los hechos, recordando a la familia como personas trabajadoras y amables.
Este caso pone de manifiesto los peligros del abuso doméstico y la necesidad urgente de medidas más efectivas para proteger a las víctimas de violencia intrafamiliar. Los servicios de apoyo y las organizaciones locales están trabajando para ofrecer asistencia a los sobrevivientes y ayudarles a reconstruir sus vidas tras esta pérdida inimaginable.
La historia de esta familia cubana en Brasil había comenzado con esperanzas de una vida mejor, pero terminó de manera trágica y violenta. Las redes sociales se llenaron de mensajes de condolencias y solidaridad hacia los familiares, así como de llamados a la justicia y la prevención de futuros actos de violencia similar.
En medio del dolor y la tragedia, la comunidad cubana en Brasil se ha unido para ofrecer apoyo a los sobrevivientes. Se han organizado campañas de recaudación de fondos para ayudar a cubrir los costos médicos y de repatriación de los cuerpos. La solidaridad y el apoyo comunitario se han convertido en una luz de esperanza para una familia que enfrenta una situación desgarradora.
Las autoridades locales han prometido una investigación exhaustiva para esclarecer todos los detalles de este terrible incidente y llevar justicia a las víctimas. Mientras tanto, la familia afectada y la comunidad en general continúan lidiando con las secuelas de esta tragedia y buscando formas de sanar y seguir adelante.