Este miércoles, el gobierno cubano anunció que ha “perfeccionado” su estrategia económica con el objetivo de revertir la profunda crisis que afecta al país. Sin embargo, los detalles brillaron por su ausencia, dejando a muchos con más preguntas que respuestas.
La información fue difundida por medios oficiales tras una reunión del Consejo de Estado, encabezada por su presidente, Esteban Lazo Hernández, y con la presencia del mandatario Miguel Díaz-Canel Bermúdez y el primer ministro Manuel Marrero Cruz.
¿Qué se dijo en la reunión?
Según la televisión estatal, durante el encuentro se evaluó el cumplimiento y el impacto de las medidas del programa gubernamental para “corregir distorsiones y reimpulsar la economía.” Este plan, anunciado a inicios de 2024, ha sido un tema recurrente en los discursos oficiales durante este año.
El primer ministro Marrero destacó algunos avances, como la estabilización macroeconómica, el aumento y diversificación de los ingresos en divisas, y el fortalecimiento de la producción nacional, especialmente en el sector alimentario. Sin embargo, la realidad que vive el pueblo cubano parece estar en otro planeta.
La cruda realidad: inflación, escasez y dolarización
Mientras el gobierno habla de avances, la inflación sigue desbocada, los productos básicos escasean más que nunca, y la dolarización parcial de la economía sigue dejando fuera a la mayoría de los cubanos, quienes no tienen acceso a divisas extranjeras.
Además, Marrero aseguró que el plan ha sido “perfeccionado con enfoque de ciencia”, estableciendo un sistema de trabajo con cronogramas, objetivos, proyecciones, acciones, indicadores y metas concretas. También mencionó que se han sistematizado encuentros con gobernadores para fortalecer el desarrollo territorial.
¿Y los resultados?
Hasta ahora, no hay pruebas concretas de que estas estrategias estén mejorando la calidad de vida de los cubanos. Las promesas de desarrollo territorial y fortalecimiento productivo chocan con la falta de insumos, las dificultades del sector privado y el colapso de la infraestructura estatal.
Un programa criticado por expertos
Este plan, anunciado en 2023 y ajustado en varias ocasiones, ha sido duramente criticado por expertos, quienes lo consideran una estrategia fallida para postergar las reformas estructurales que el país necesita.
Entre los objetivos planteados para este año están la actualización de tarifas eléctricas para incentivar el ahorro energético, el establecimiento de precios máximos para productos básicos como arroz y frijoles de producción nacional, y la implementación de tarjetas prepagas para la compra de combustibles por parte de personas jurídicas.