En una ciudad donde el hambre aprieta más que el cinturón, el youtuber cubano Yasevids se tiró a las calles de La Habana con una misión clara: descubrir cuál es la comida callejera “más barata” que se puede conseguir. El resultado es un video que, más que abrir el apetito, te deja con un sabor amargo… y no precisamente por los ingredientes.
Con el país atravesando una crisis económica brutal, inflación disparada y escasez de todo, este recorrido por los puntos de venta callejeros nos recuerda lo que ya muchos sabemos: en Cuba, hasta comer en la calle es un lujo. Yasevids nos lleva por varios puestos repartidos por La Habana, buscando opciones “económicas” para llenar el estómago sin vaciar la billetera… aunque eso parezca misión imposible.
Entre las estrellas del menú están clásicos de la calle cubana como el pollo chiflado, el pan con lechón, las frituras y hasta una que otra tortica de morón. Pero aunque estos platos parezcan modestos, el precio no es precisamente para reírse. Un pan con lechón cuesta 400 CUP, lo que equivale a casi el 10% del salario mensual promedio. Y ni siquiera estaba tan bueno, según los que lo probaron.
El famoso pollo chiflado, a 350 CUP, tampoco dio la talla. Los probadores coincidieron en que el sabor no justificaba lo que costaba. Y si eso no te quita el hambre, espérate a escuchar sobre los dulces: la tortica de morón venía con menos azúcar que un té de hospital, y el chicharrón de viento… bueno, digamos que lo de “viento” es literal, porque parecía inflado con aire y frito en aceite reciclado tres guerras atrás.
Otro punto crítico del video fue la falta de higiene en la mayoría de los puestos. La comida se manipula sin guantes, los utensilios brillan… pero de grasa, y el aceite usado parece no haber visto renovación desde el Período Especial. Esto, además de arruinar el sabor, pone en riesgo la salud de los que consumen, especialmente los turistas que no están acostumbrados al “sabor a calle” de la Isla.
La mayoría de estos puestos están en zonas céntricas como Habana Vieja o el Parque de Curita, lugares llenos de turistas y gente buscando algo para picar. Pero la realidad es que ni los precios son tan bajos ni la comida tan buena como debería ser.
El video deja claro que la culpa no es de los vendedores, sino de un sistema que ha estrangulado al sector privado. La falta de competencia, el control estatal excesivo y la escasez generalizada hacen que producir algo decente a buen precio sea una tarea titánica. El resultado: comida callejera cara, de mala calidad, y hecha con lo que se pueda conseguir.
Así que ya sabes, si visitas La Habana con la ilusión de comerte un pan con lechón “baratito”, mejor llévate una merienda de casa… o prepárate para pagar caro por algo que ni llena ni sabe.