“Me voy pa’ Cuba un ratico”, así lo soltó sin rodeos un cubano que vive en Estados Unidos y decidió regresar temporalmente a la isla, dejando claro que, más allá de las comodidades del norte, la nostalgia tira fuerte.
Desde el aeropuerto, justo antes de abordar su vuelo rumbo a La Habana, el hombre grabó un breve video contando su experiencia. No dio su nombre ni explicó con detalle por qué regresaba, pero sus palabras lo dijeron todo: “Estoy aburrido de estar aquí. Me gusta estar en el barrio, me gusta estar en Cuba”.
Y ahí, en medio del bullicio de maletas y la tensión de los chequeos, describió un ambiente mucho más estricto que antes, incluso comparando los controles con los tiempos previos a la era Trump: “Hay más supervisión, más rigor. Mucha mercancía, muchas maletas”, comentó, mirando a su alrededor.
Lo que más resalta es ese sentimiento que muchos cubanos comparten, ese lazo invisible con la tierra que no se corta, aunque uno esté a miles de kilómetros. A pesar de los apagones, la escasez y la lucha diaria que se vive en Cuba, hay quienes necesitan volver, aunque sea por un tiempito, para reencontrarse con sus raíces, con su gente, con el barrio de toda la vida.
Esta escena no es rara. En aeropuertos como el de Miami, donde los vuelos hacia la isla son pan de cada día, los controles de seguridad se han vuelto más meticulosos. Y es lógico: cada pasajero va cargado hasta el tope, trayendo desde alimentos y medicinas hasta electrodomésticos, todo para aliviar la vida de los que se quedaron allá.
El regreso de este cubano ocurre en medio de una realidad contundente: más de medio millón de compatriotas ha salido del país en los últimos tres años. Muchos lo han hecho por necesidad, buscando escapar de una crisis económica que parece no tener fondo y de un sistema que pone más trabas que soluciones.
Pero este testimonio también pone sobre la mesa algo que no se dice tanto: el deseo de volver, aunque sea por un rato, aunque no sea para quedarse. Porque para muchos, Cuba sigue siendo el lugar donde respira el alma, a pesar de todo.