En plena crisis y con el bolsillo de los cubanos cada vez más apretado, el régimen volvió a mover ficha: abrió una nueva tienda en dólares, esta vez enfocada en ventas mayoristas para negocios privados, mientras al mismo tiempo aplazó —una vez más— la temida prohibición a las MIPYMES de operar en ese mismo terreno.
El nuevo punto de venta lleva por nombre Mayorista Caribe “Mariel” y está enclavado en la famosa (y fallida) Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM). Esta zona, que fue vendida como el motor que iba a impulsar a Cuba hacia el futuro, se ha quedado más bien como una gran promesa incumplida. La tienda abrió sus puertas el 6 de mayo, según confirmó la Cadena de Tiendas Caribe en sus redes.
Para que tengas idea, la ZEDM lleva diez años dando tumbos. Hasta julio de 2022, apenas 36 negocios estaban activos de los 62 aprobados, y los números de inversión distan mucho del sueño que pintaron. Se hablaba de atraer 2.500 millones de dólares al año, pero ni con magia negra se acercaron: solo se comprometieron 3.000 millones en una década, y de eso, se concretó apenas una tercera parte. O sea, el resultado fue un pelado.
En medio de ese panorama, las autoridades presentan esta nueva tienda como una solución para apoyar al sector no estatal. En sus propias palabras, quieren facilitar el acceso a insumos esenciales para el desarrollo de emprendedores y empresas privadas. El problema es que lo hacen en dólares, cuando esos negocios venden en pesos cubanos y el gobierno no les vende ni un centavo de divisa oficial. ¿Y entonces? Pues los emprendedores tienen que buscar los dólares en el mercado informal, donde la tasa no está para juegos: el billete verde anda ya por los 370 pesos cubanos.
Este nuevo paso del régimen es, en realidad, un movimiento estratégico para irle quitando espacio a las MIPYMES que hacen venta mayorista. Porque cuando entre en vigor la Resolución 56 de 2024, esas ventas quedarán prohibidas para el sector privado. El detalle es que esa medida sigue postergándose, y ahora, en vez de dar una nueva fecha límite, el gobierno simplemente dejó todo en el aire.
El 7 de mayo, el Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) anunció que se extiende el plazo para que las entidades mayoristas ajusten su objeto social y liquiden inventarios. Eso sí, los trabajadores por cuenta propia pueden seguir en el juego de la venta al por mayor… por ahora. Todo queda pendiente de una “evaluación económica y social” de su desempeño, y según la Gaceta Oficial, no hay fecha clara para terminar ese análisis. O sea, la cosa está más indefinida que nunca.
En abril ya habían aplazado la misma medida hasta el 30 de septiembre, pero ahora ni siquiera se tomaron la molestia de fijar un nuevo plazo. Un alto funcionario lo describió como “un suicidio político” si se aplicaba de golpe, y parece que alguien allá arriba está escuchando (al menos por conveniencia).
Así va la película: una tienda nueva en dólares que podría disparar aún más el precio del dólar, un sector privado atado de manos, y un gobierno que sigue corriendo la cerca sin decir a dónde va. Mientras tanto, el pueblo sigue lidiando con el desabastecimiento, la inflación y la incertidumbre diaria.
¿Hasta cuándo durará esta estrategia del “ya veremos”? Solo el tiempo (y el dólar paralelo) lo dirán.
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