En la última emisión de La Mesa Redonda, el régimen cubano volvió a sacar la linterna para alumbrar la crisis energética, reconociendo que el panorama sigue bien oscuro. Apagones largos, plantas viejas y una red eléctrica que da más dolores de cabeza que soluciones fueron parte del menú informativo del miércoles. A pesar de todo eso, sacaron pecho con un plan que promete recuperar 500 megawatts en tres años, como si eso fuera a resolver el apagón de mañana.
Según dijo Alfredo López Valdés, mandamás de la Unión Eléctrica, el plan incluye reforzar la generación térmica con combustible nacional —porque no hay con qué comprar más afuera— y apoyarse un poquito en el gas. La idea es que el 70% de la electricidad venga de producción nacional, lo que suena bonito… hasta que miras el mapa real del sistema eléctrico.
La esperanza verde queda lejos
«Para 2030, aseguran que un 24% de la electricidad será “verde”, o sea, con energías renovables: solar, eólica, biomasa… Lo de siempre. La joya de la corona sería la reparación de la Unidad 1 de Felton, que quedó frita tras un incendio. También quieren revivir otra máquina gemela de 250 MW. En Las Tunas ya empezaron a fabricar algunas piezas, pero todavía faltan piezas claves que tienen que importar, y ya tú sabes cómo se pone eso con el tema del «bloqueo» y la falta de cash.
Con suerte, dicen, en dos años y un mes podrían tener todo listo, aunque ya mucha gente no cree en esos plazos ni aunque vengan con moño. Mientras tanto, los apagones seguirán campantes.
Están metiéndole mano también a las plantas de Renté, Nuevitas y Mariel, donde la cosa está fea. En Nuevitas, por ejemplo, hay una unidad tan deteriorada que la van a tener que cambiar entera. Y en Mariel, la unidad 7 está hecha picadillo desde el incendio y todavía la están desarmando.
Una promesa que no alumbra
El gobierno dice que este esfuerzo no es solo para salir del apuro, sino que forma parte de una transformación profunda del sistema eléctrico cubano, uno que dependa menos del combustible importado y sea más sostenible. Suena bonito, pero el pueblo sigue a oscuras y con calor, esperando a que llegue ese futuro prometido.
Hasta Díaz-Canel se metió en el tema. En su cuenta de X (antes Twitter), admitió que la situación es “grave”, pero no imposible de arreglar. Y que, a pesar del “cerco” que según él impone Estados Unidos, se está “trabajando duro” para resolver.
Pero ese mismo discurso de echarle la culpa a factores externos ya huele a viejo, sobre todo cuando el desastre viene acumulándose desde hace décadas por falta de inversión, mantenimiento y planificación.
¿Solo 4 horitas sin luz? No te lo crees ni tú
Como para calmar los ánimos, los medios oficiales soltaron otra de esas promesas que suenan bien pero no se cumplen: reducir los apagones a “solo” cuatro horas diarias por cliente durante el verano. Según ellos, eso es lo “ideal” si todo sale como esperan.
Pero la realidad es otra. El sistema eléctrico nacional sigue reportando déficits de más de 1,600 MW en los picos de demanda, sobre todo por la noche, cuando la gente quiere descansar. Y ni hablar de las provincias del interior, que son las que más sufren.
El propio Ministerio de Energía y Minas admite que la recuperación será lenta y que los apagones no se van a esfumar de un día para otro. Intentan aumentar la generación en 13 gigavatios-hora y controlar el crecimiento del consumo, pero no hay recursos suficientes para mantener esa meta.
Un problema grande es la falta de gas licuado. Como no hay, miles de familias están cocinando con electricidad, recargando la red en horarios críticos. Y como si fuera poco, cuando vuelve la corriente después de un apagón, todo el mundo enciende sus equipos al mismo tiempo, lo que provoca picos de consumo brutales. Solo en La Habana, en un solo día, explotaron diez transformadores. Así estamos.