En un país donde hacer una videollamada sin que se congele la pantalla ya es casi un lujo, el gobierno cubano acaba de soltar una bomba que muchos ya veían venir: ETECSA seguirá siendo el único jugador en el campo de las telecomunicaciones hasta por lo menos el 2036. Y si el panorama no cambia, ese reinado podría extenderse ¡hasta el 2066!
Así lo establece el nuevo Decreto 124/2025, publicado en la Gaceta Oficial, donde se oficializa la exclusividad de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. en todos los servicios públicos del sector: desde la telefonía fija y móvil, hasta el internet que tanto sudor cuesta cargar en la isla.
Una jugada que refuerza el control, no la competencia
Según lo aprobado por el Consejo de Ministros, ETECSA podrá pedir una prórroga del monopolio en dos tandas de 15 años. Eso sí, tiene que hacerlo con tres años de antelación y, supuestamente, sin haber metido la pata de forma grave. Pero como siempre, el que decide es el mismo que juega: el Estado.
Este decreto también tumba el anterior marco legal (el Decreto 321 de 2013) y compacta en un solo paquete el nuevo escenario regulatorio para la operadora estatal. La compañía deberá seguir entregando un 5% de sus utilidades netas al presupuesto del Estado, y priorizar a clientes “de peso” como las FAR y el MININT. No es chiste, lo dice el decreto.
Tarifas bajo llave… pero siempre del lado del Estado
Nada de precios libres. El Ministerio de Comunicaciones, y en ocasiones también el de Finanzas y Precios, seguirán siendo los que digan cuánto es lo máximo que se puede cobrar. ETECSA puede bajar precios, pero subirlos sin permiso… ni lo sueñes. Aunque ya sabemos cómo es eso de “bajar precios”: más lento que un video en datos móviles.
Además, aunque en teoría el Estado puede asignar frecuencias a otros actores, ninguno podrá competir con ETECSA mientras dure la exclusividad. O sea, que aunque tengas la antena, el permiso no viene en el paquete.
Nada nuevo bajo el sol: más de lo mismo, con papel oficial
A pesar de las críticas constantes del pueblo, que clama por mejores tarifas, más calidad y un poquito de competencia sana, el nuevo decreto sigue apostando por el mismo modelo que ya ha demostrado tener serias grietas. No hay espacio para operadores alternativos ni mecanismos públicos para revisar tarifas. Y si ETECSA falla, el Estado decidirá si se le castiga o se le da otra oportunidad, sin dar muchas explicaciones.
Así que, en resumen, el monopolio está blindado por al menos 11 años más, y con suerte para ellos, podrían ser 41. Para los usuarios, en cambio, la película sigue siendo la misma: pagar caro, esperar lento y rezar para que no se caiga la conexión justo cuando vas a enviar el correo importante.
Las críticas no se hacen esperar
En redes sociales, el descontento es tan visible como el cartel de “sin cobertura” en tu celular. El hashtag #bajenlospreciosdeinternet sigue marcando tendencia, mientras ETECSA recibe palos por los altos precios de las llamadas internacionales y las lentas velocidades de navegación. Muchos cubanos ya no saben si se están comunicando o jugando a la paciencia.
Por si fuera poco, la empresa ha reportado actos vandálicos en sus redes en varias provincias, desde Las Tunas hasta Centro Habana. Y cuando la calidad del servicio se cae —como pasa a menudo— culpan a los equipos ilegales, a la falta de dinero o a la indisciplina social. Cualquier cosa menos mirar para adentro.
Starlink y las antenas caseras: el ingenio popular vs el monopolio
En este contexto, el Starlink de Elon Musk se ha vuelto un fantasma que ronda las azoteas cubanas. Aunque el gobierno ha advertido contra el uso ilegal de repetidores y antenas satelitales, la gente sigue inventando, porque como dice el cubano: “Si no lo resuelves tú, no lo resuelve nadie”.
