En la comunidad de Salvador Rosales, en el municipio de Songo-La Maya, provincia de Santiago de Cuba, se armó tremendo operativo policial que acabó con la detención de un joven que, con toda tranquilidad, estaba contando semillas de una tremenda plantación de maría. Nada más y nada menos que más de 2,000 matas bien sembraditas.
La jugada salió gracias a la chivatería buena, como diría el cubano de a pie: fueron los propios vecinos quienes alertaron a las autoridades, según publicó la página oficialista Héroes del Moncada, bien cercana al Ministerio del Interior.
No era uno solo: hay más en el lío
El muchacho no estaba solo en el relajo. Varios sospechosos más están metidos en candela, acusados de andar en el corre corre del cultivo, la distribución y hasta el tráfico de la picadura. Por ahora, el gobierno no ha soltado ni un nombre, ni ha dicho qué hicieron con toda la marihuana decomisada. Pero sí dejaron claro que esto forma parte de su política de “Tolerancia Cero” contra las drogas, esa misma que llevan repitiendo desde hace años.
Otra plantación, más arriba en la loma
Pero esta historia no es un caso aislado. Hace apenas unos días, en la localidad de La Tabla, zona montañosa del municipio Tercer Frente, también en Santiago, la policía desmanteló otra finca de cannabis que parecía un bosque: más de 3,000 plantas y montones de semillas listas para sembrar.
El operativo fue liderado por agentes de la Policía Nacional Revolucionaria y el Cuerpo de Guardabosques, quienes ya están bien entrenados para encontrar estas sorpresas verdes entre el monte.
Juicios “ejemplarizantes” y condenas largas
Este tipo de casos no queda en el olvido. En abril, el Tribunal Provincial Popular de Santiago de Cuba condenó a 12 años de prisión a un hombre que llevaba casi medio kilo de maría rumbo a Camagüey. Además de la cárcel, le decomisaron los 28 mil y pico de pesos que cargaba y le prohibieron salir del país.
Ese mismo mes, otros dos jóvenes fueron sentenciados a ocho y nueve años de cárcel por delitos similares, en lo que el régimen calificó como juicios ejemplarizantes, esa etiqueta que usan cuando quieren mandar un mensaje fuerte.
El consumo sigue creciendo, sobre todo entre los jóvenes
Aunque los cuerpos represivos están apretando en varias provincias como La Habana, Holguín y otras zonas del país, la realidad es que el consumo y tráfico de drogas no se detiene. Las redes sociales se han convertido en punto de encuentro para los que buscan y venden, y la juventud cubana, cada vez más desilusionada y sin futuro, está cayendo con más frecuencia en este mundo.
La maría ya no es cosa de película extranjera. Está aquí, creciendo entre palmas y cañaverales, moviéndose en bolsas plásticas y grupos de WhatsApp. La situación no es solo un tema de orden público, sino un reflejo directo de la crisis social y económica que ahoga al país.