Este martes, el cielo se abrió con ganas sobre la ciudad de Morón, en Ciego de Ávila, dejando tras de sí un verdadero despelote de agua por todos lados. Las lluvias no fueron juego, y las inundaciones que siguieron tampoco.
Según los datos publicados por Radio Progreso en Facebook, el aguacero fue de los buenos. En Cayo Coco, la estación automática registró casi 160 mm de agua, mientras que en el mismo Morón, un pluviómetro midió poco más de 92 mm. Con semejante chaparrón, las zonas bajas del municipio se vieron arropadas por el agua, como era de esperarse.
Vecinos como Leonel Iparraguirre González compartieron lo vivido en redes sociales, apuntando que lugares como el reparto Hermanos González, Loma Ciega y El Paraíso fueron de los más afectados. En algunos casos, el agua logró meterse en las casas, echando a perder pertenencias y poniendo a todos en modo supervivencia.
Las imágenes no mienten: calles completamente anegadas, gente con los pies en remojo tratando de salvar lo que pueden, y un aire de preocupación que se cuela en cada rincón del municipio.
Las autoridades locales, por su parte, salieron a recorrer los puntos más conflictivos, chequeando los daños y viendo cómo meterle mano a la situación. Pero lo cierto es que, con estos aguaceros, lo que no se arregló a tiempo ya se sabe que termina en problema serio.
Y no solo fue Morón el que cogió su buena cuota de agua. El lunes, la lluvia también cayó con fuerza sobre el occidente del país, afectando a provincias como Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque y La Habana. En todas, lo mismo: zonas bajas en apuros y vecinos lidiando con la corriente como pueden.
Para los que viven rogando que llueva —sobre todo después de meses de sequía—, parece que junio llega con ánimo de compensar. Los modelos de pronóstico señalan que las lluvias seguirán cayendo con fuerza en buena parte de la isla.
