La cantante cubana Aymée Nuviola encendió las redes este fin de semana con una pregunta que tocó el corazón de muchos: «¿Regresarías a vivir a Cuba si fuera libre?». La interrogante, lanzada desde su perfil oficial de Facebook, desató un aluvión de respuestas y emociones que dejaron claro lo complejo del tema.
En menos de un día, la publicación explotó con más de 1,700 comentarios. Y entre todas esas voces, fue la propia Nuviola quien dejó bien clara su postura: «Yo no regresaría, al menos no por mi propia voluntad», escribió sin rodeos, abriendo un espacio para la reflexión colectiva que dejó a más de uno pensando.
Un tema que duele… y divide
Para muchos, esta simple pregunta removió viejas heridas. Porque no se trata solo de política o geografía: es una cuestión de identidad, de sueños rotos, de decisiones difíciles tomadas en el camino.
Algunos usuarios respondieron desde la nostalgia, otros desde la rabia, y no faltaron los que, desde la esperanza, imaginaron un futuro distinto. Uno de ellos, Jesús Martínez Pérez, reflexionó que no es sano odiar al país donde uno nació. Pero Aymée, con serenidad, respondió con firmeza: «No es odio, es realismo. ¿Para qué volver, si allá no nos quieren, solo para que mandemos dinero?»
Una generación marcada por el desencanto
Los comentarios no se hicieron esperar. Julio César Hernández Rodríguez habló desde el desencanto: «Me da pena y vergüenza… seguimos esperando ese día que parece nunca llegar». Mientras tanto, María Costa aportó un punto clave: «Aunque mañana Cuba fuera libre, falta mucho para que los cubanos aprendan a vivir en libertad. Eso lleva tiempo».
Y es que el problema va más allá de tumbar una dictadura. Como bien señaló Carlos Estrada, aunque el régimen caiga, la crisis social y moral que arrastra el país podría tardar décadas en sanarse. Es esa falta de confianza en una transición real lo que lleva a muchos a decir, sin titubear: “No volvería”.
¿Y si ese día llegara?
No todo fueron respuestas pesimistas. Manuel González Viera ofreció una mirada más pausada, pensando en lo que vendría después. Dijo que Cuba necesita limpiarse del odio, aprender a respetar al otro y dejar atrás todo lo podrido. Solo así podría reconstruirse.
Y añadió algo que muchos sintieron como un llamado: «Nosotros, los del exilio, tenemos mucho que aportar. Si todo lo bueno que hemos encontrado afuera pudiera existir en Cuba, ahí estaría mi corazón».
Aymée Nuviola: voz firme contra la hipocresía del poder
Esta no es la primera vez que Aymée Nuviola se pronuncia con valentía. En mayo de 2025 se burló abiertamente del derroche y la ridiculez del mandatario cubano Miguel Díaz-Canel y su esposa Lis Cuesta durante su viaje a Rusia. En una parodia musical que compartió al piano, criticó el lujo de la pareja en medio de la miseria nacional. La frase “son de tacón, de tacón”, se volvió viral como símbolo del sarcasmo cubano frente al absurdo del poder.
Pero Nuviola no solo se limita a la sátira. En diciembre de 2024, se sumó a las denuncias por la represión en la isla, compartiendo la historia de Yosvany González Viera, un joven condenado a siete años por simplemente expresarse contra el régimen. A través de sus redes, alzó su voz por los que no pueden hacerlo y exigió justicia para los presos políticos de Cuba.
¿Regresarías tú?
La pregunta sigue rondando en la cabeza de muchos. Porque imaginar una Cuba libre es soñar con lo imposible, pero también es preguntarse qué estaríamos dispuestos a hacer si ese sueño se vuelve real.
Y como dijo Aymée, una cosa es amar tus raíces, y otra muy distinta es volver a vivir en un terreno que ya no te reconoce.
¿Y tú? ¿Si mañana Cuba amaneciera libre… harías las maletas o seguirías donde estás?
Lo cierto es que, aunque la libertad aún no ha llegado, el debate está más vivo que nunca.