En medio de una realidad cada vez más insostenible, la influencer cubana Kary Sánchez encendió las redes con un video que retrata, sin maquillaje, la crudeza de vivir en una isla donde todo se cobra en dólares pero el pueblo apenas sobrevive en pesos. Desde una tienda en MLC en Guantánamo, la joven mostró cómo una simple pieza de carne supera los 70 dólares. “Esto no hay quien lo pague en Cuba”, soltó con indignación mientras grababa los estantes medio vacíos y los precios que parecen más sacados de un restaurante en Miami que de una tienda para el cubano promedio.
El video se volvió viral en TikTok, no solo por lo impactante del precio de la carne, sino por la imagen general del lugar: refrigeradores casi sin productos, anaqueles llenos del mismo artículo repetido, y artículos de primera necesidad —como los pañales desechables— que no bajan de los 10 dólares. Un retrato del caos económico que provoca esta “dolarización forzada” impuesta por el régimen, donde la moneda nacional sirve solo para pagar impuestos… y malvivir.
Kary, que ha venido mostrando en sus redes cómo es el día a día de la Cuba real, lanzó una frase que resume lo que muchos sienten: “La dolarización ha invadido toda la isla.” No se quedó solo en palabras: también mostró un cubo de basura con un cartel que decía “El cubano”, una imagen que duele pero que describe con precisión lo que ha hecho el sistema con su pueblo.
Comer en Cuba se ha vuelto un lujo reservado para los que reciben remesas
En los comentarios del video no faltaron las comparaciones con la debacle venezolana. Usuarios desesperados piden cambios de fondo, que se deje respirar al sector privado, que se promueva la producción nacional en vez de seguir exprimiendo al pueblo con precios internacionales en una economía tercermundista. Porque ni siquiera en las tiendas en dólares hay variedad: todo escaso, caro y repetido.
Y lo más triste es que esto no es un caso aislado. La misma Kary ya había mostrado cómo con 10 dólares apenas pudo comprar leche en polvo, mayonesa y unas galletas en una tienda en La Habana. Otra cubana, radicada en México, regresó de visita con 23 dólares en el bolsillo y apenas pudo llevarse un par de cosas. Lo que debería ser una tienda para “aliviar la escasez” se ha convertido en un símbolo más de exclusión y desigualdad.
Tiendas en dólares por todas partes, mientras el peso cubano se desintegra
Hoy en Cuba ya funcionan al menos 85 tiendas exclusivamente en dólares. Muchas fueron convertidas sin previo aviso, dejando a los ciudadanos de a pie sin opciones. Lo peor: el régimen ya ni lo oculta. Reconoce abiertamente esta “dolarización parcial”, como si fuera una solución y no el síntoma de un fracaso económico de dimensiones épicas. Incluso han abierto nuevos comercios como la Mayorista Caribe Mariel, donde ni siquiera aceptan MLC, mucho menos CUP. Solo USD, bien verdes.
Economistas como Pedro Monreal han sido claros al respecto: este modelo no solo no garantiza abastecimiento ni estabilidad, sino que agudiza la brecha entre los que tienen acceso a divisas —gracias a una familia en el extranjero— y los que solo cuentan con sus míseros ingresos en pesos cubanos. En provincias como Holguín, el panorama es igual de desolador: precios absurdos y falta de lo más básico.
El salario en pesos no da ni para soñar con lo que hay en las vitrinas
Mientras los comercios en dólares siguen multiplicándose y ofreciendo mejor surtido —para el que pueda pagarlo—, la mayoría de los cubanos se enfrenta cada día al dilema de cómo alimentar a su familia cobrando en una moneda que no vale ni para comprar un huevo. Una pieza de carne se ha convertido en un lujo que representa el salario de varios meses, si es que llega.
El pueblo, una vez más, ha sido lanzado a la basura por un sistema que hace tiempo dejó de disimular su desprecio. La Cuba de hoy es un país donde los estómagos están vacíos, pero las vitrinas están llenas… si tienes dólares. Y esa, tristemente, no es una metáfora: es la cruel realidad.