Una nueva desgracia enluta al pueblo cubano este domingo, cuando un aparatoso accidente en la carretera de Río Grande, en el municipio de Majagua, Ciego de Ávila, dejó al menos tres fallecidos, incluyendo a dos menores de edad, y una cifra preliminar de 16 heridos que han tenido que ser atendidos de urgencia.
Según reportes compartidos en redes sociales por el perfil oficialista “Avileños de Corazón”, el vehículo siniestrado pertenece a la Empresa de Recursos Hidráulicos, y al momento del accidente transportaba a varias personas, sin que aún se precise si se trataba de un traslado laboral o algo fuera de protocolo.
El conductor perdió el control del carro y terminó volcado, dejando una escena desoladora en plena carretera. El suceso ocurrió alrededor de las 10:45 a.m. en el tramo conocido como Río Grande, según confirmó la periodista local Odania García.
Los cuerpos de las víctimas fatales fueron trasladados junto a los heridos hacia el policlínico Doña Emilia y posteriormente al Hospital Provincial Antonio Luaces Iraola, donde se vive un clima tenso y de profundo dolor por la gravedad del caso.
Una vez más, la precariedad del transporte estatal, la sobrecarga de vehículos y la negligencia operativa terminan convirtiendo caminos en trampas mortales. Este no es un hecho aislado, sino parte de una secuencia alarmante que ya parece no sorprender a nadie en la Cuba real.
Un país en emergencia vial
La siniestralidad vial en la Isla ha alcanzado niveles preocupantes, y los accidentes se acumulan en una lista trágica que parece no detenerse.
Apenas el día anterior, otro accidente estremeció a Cuba cuando un vehículo particular se estrelló a toda velocidad contra la cabina del peaje de Varadero, provocando una explosión que partió el auto en dos y lo redujo a cenizas.
Los fallecidos en ese suceso fueron identificados como Rubén Lantigua, de 33 años, y Amanda Naranjo, de 30. Las imágenes del impacto circularon rápidamente por redes sociales, mostrando la crudeza de lo ocurrido, con los restos del carro esparcidos por toda la vía y el área del peaje reducida a escombros.
Testigos dijeron que el auto venía a una velocidad desmedida, y al impactar contra el cabezal de la cabina seis, salió volando, estalló y se prendió en llamas, una escena que muchos no podrán olvidar.
Desgobierno y descontrol sobre ruedas
Lo más indignante es que, mientras ocurren estas tragedias, el gobierno sigue sin ofrecer soluciones reales ni asumir responsabilidades. Ni mejoras en la infraestructura vial, ni control sobre el estado técnico de los vehículos, ni una estrategia seria de prevención. Solo el silencio burocrático que cada vez duele más.
La vida del cubano está cada día más expuesta no solo al hambre, la falta de medicamentos y la oscuridad de los apagones, sino también al peligro constante de montarse en un transporte estatal o particular y no saber si regresará vivo.
El pueblo está cansado de enterrar a sus hijos y vecinos por culpa de un sistema que no cuida ni protege. Cuba entera necesita más que promesas y reportes manipulados. Necesita acciones urgentes.
Porque cuando un país se convierte en una trampa mortal en cada esquina, la culpa no es del azar… es del abandono estatal.
