Las intensas lluvias que han azotado el oriente cubano en las últimas horas provocaron la rápida crecida del río Sagua, desatando una situación crítica en el municipio de Sagua de Tánamo, Holguín, donde las autoridades locales se han visto obligadas a evacuar casa por casa a las familias de las zonas bajas.
Decenas de personas han sido trasladadas a centros de protección improvisados, mientras la Defensa Civil y los vecinos trabajan bajo el aguacero intentando salvar pertenencias y animales antes de que el agua lo arrase todo.
En Moa, el panorama no es mejor. El río sigue creciendo y ya rozó la acera del puente que conduce a la fábrica Comandante Pedro Sotto Alba, según informó la periodista Yulieska Hernández García. Más de 100 personas del reparto ECRIN fueron reubicadas en el Instituto Preuniversitario Antonio López, ante el riesgo inminente de quedar incomunicadas.
“Esto es terrible, apocalíptico”, comentan los residentes que desde anoche viven con el agua a la cintura y la incertidumbre de no saber cuándo parará de llover.
Caos y destrucción desde el amanecer
El amanecer en Sagua de Tánamo llegó entre el ruido del agua y el miedo. Las principales calles están totalmente cubiertas, muchas casas colapsaron o se inundaron por completo, y las imágenes que circulan en redes muestran a familias enteras tratando de salir con lo poco que pudieron rescatar.
Las brigadas de auxilio se mantienen desplegadas, pero la magnitud del desastre supera las capacidades locales. Los habitantes denuncian que faltan recursos, transporte y equipos de rescate, y que las ayudas “llegan tarde, como siempre”.
La creciente del río Sagua es una escena que se repite año tras año sin que el régimen haya tomado medidas efectivas para prevenirlo. Las malas condiciones del drenaje, la falta de mantenimiento en los embalses y la precariedad de las viviendas hacen que cada temporal se convierta en una tragedia anunciada.







