Carlos Lage y las mil caras tras la defenestración del otrora poderoso secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de Cuba

Luisa del Llano

Carlos Lage y las mil caras tras la defenestración del otrora poderoso secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de Cuba

El otrora poderoso secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de Cuba, Carlos Lage, regresó a escena más de una década después de haber sido defenestrado, y un vídeo suyo en las redes sociales suscitó un sinfín de criterios, sobre todo al norte del estrecho de la Florida.

Lage, que permaneció en silencio absoluto desde que el 3 de marzo de 2009 enviara una carta a Raúl Castro para renunciar a todos sus cargos, aprovechó su 70 cumpleaños para retornar a la palestra, con un mensaje en el cual dice que no se arrepiente de nada de lo que hizo con anterioridad y para ratificar su posición al lado de la revolución.

El exmiembro de la alta cúpula gobernante en Cuba se convirtió en el primero de los destituidos —y que aún permanecen en el país—, en enviar un mensaje público, aunque en el vídeo no manifestó en ningún momento algún tipo de interés por regresar a la política.
Otros, como Carlos Aldana, Roberto Robaina, Felipe Pérez Roque, Pedro Sáez, o incluso Carlos Valenciaga, permanecen hasta ahora en el más absoluto silencio, aunque nadie sabe si pueden seguir el ejemplo del que otrora fue su jefe, alguien tan cercano a Fidel Castro, que alguna vez se especuló con la posibilidad de que fuera su hipotético relevo.

Un mundo de especulaciones

El video en el que Lage se vanagloria de sus padres, de la carrera que estudió, de las responsabilidades que ocupó, de sus hijos y de los amigos que no lo abandonaron nunca, se ha prestado para las especulaciones, algunas de ellas un poco disparatadas.

Carlos Calvo, quien se desempeñó en algún momento como escolta de Fidel Castro y que dice conocer al dedillo cómo funciona las cosas en Cuba, llamó a estudiar el mensaje de Lage, y advierte que puede ser un mensaje de Raúl Castro, en momentos en los que el gobierno que encabeza Miguel Díaz Canel no atraviesa sus mejores momentos.

“Raúl Castro manda un mensaje muy claro a la cúpula del Gobierno. Es un mensaje subliminal a los que él les entregó el poder. Y este mensaje de Lage fue autorizado, porque Lage nunca fue desatendido por el Consejo de Estado (la estructura dirigente en Cuba)”, dice Calvo, que se vanagloria de tener información de primera mano desde dentro del país.

En las redes sociales, también desde fuera de Cuba en la mayoría de los casos, algunos advierten que no es tiempo para Lage, quien en su momento disfrutó de la confianza absoluta de Fidel, a quien, incluso, representó en importantes cumbres internacionales.
Aunque lo cierto es que el vídeo de marras sorprendió a muchos, porque en Cuba lo normal es que quienes alguna vez ostentaron un alto cargo no hagan nunca declaraciones de este tipo.

De la cima al barranco

Carlos Lage Dávila, de 70 años, es un médico pediatra que fue primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas y de ahí paso al Grupo de Coordinación y Apoyo de Fidel Castro, una estructura de control y supervisión con poderes superlativos que trabajaba adjunta al entonces mandatario.

Desde ahí continuó su escalada y formó parte de las más altas estructuras de poder: Comité Central del Partido Comunista, de su Buró Político, del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros, además, según versiones desde dentro y también desde fuera, fue artífice de algunas de las reformas económicas que se hicieron en Cuba en algún momento.

Las personas de a pie, como se conocen a los cubanos comunes, lo recuerdan más por haber sido el que quitó “la jabita”, una especie de bolsas con algunos alimentos y útiles de aseos que entregaban, generalmente, las empresas que generaban divisas.

Lage cayó en desgracia a raíz de unas reuniones que sostuvo en la provincia de Matanzas con un ciudadano español, a las que asistió también Felipe Pérez Roque, hace más de 10 años, y que aprovechó el Gobierno de Raúl Castro para sacarlo del escenario y, de paso, quitarle rango al puesto de Secretario del Comité Ejecutivo, desde el que el ahora reaparecido ganó fama y popularidad.