Conocida por agrupar, generalmente, a los mejores y más capacitados estudiantes, de acuerdo a uno de los más rigurosos procesos de selección de la educación, el hoy conocido como Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Vladimir Ilich Lenin (IPVCE) fue inaugurado el 31 de enero de 1974 y constituyó la primera ciudad a su vez escuela en Cuba.
Ubicado en el municipio Arroyo Naranjo, más específicamente a algunos kilómetros de la carretera del Globo y cercana al Parque Lenin, se destaca la brillante escuela, rodeada por sus grandes terrenos que abarcan alrededor de 80 hectáreas.
Su construcción está basada en el tipo de construcción de sistema Girón y tuvo una duración de dos años. Se llevó a cabo por 870 obreros pertenecientes al Departamento de Edificaciones Sociales y Agropecuarias (DESA) más la ayuda de un grupo de alumnos y profesores.
En 1974 se funda por Fidel Castro Ruz y por Leonid Breznev, principal inversionista de la obra. El resultado fue una institución que contaba con todos lo necesario para formar alumnos con un alto nivel científico, de ahí que hubiesen áreas para la investigación como los laboratorios, que se encontraban muy bien provistos de equipos con los que no contaban la mayoría de las escuelas.
Además del desarrollo científico, se buscaba también desarrollo en el ámbito deportivo por lo que habían 3 piscinas (dos olímpicas y una de clavado) así como diversos campos para practicar todo tipo de deportes y un tabloncillo. Otras áreas eran también los teatros y anfiteatros, cines, un hospital, museos y buscando vincular el estudio con el trabajo se podían encontrar también el huerto y campos donde cultivar.
Durante los primeros años la institución albergaba estudiantes de secundaria y preuniversitario bajo el régimen de internado contando con 3200 de ellos ubicados en 6 unidades. Además de estudiar se realizaban tareas como limpiar los albergues y pasillos, sembrar algunos de sus alimentos, realizar autoservicio en los comedores, hacer guardias, etc.
Basado en las altas calificaciones obtenidas por los estudiantes a ingresar, que además, también debían contar con un buen expediente, sumado a su claustro de profesores de primera categoría el prestigio de La Lenin era de los más elevados del país.
Actualmente esta edificación se encuentra en detrimento, la mayoría de sus áreas son inhabitables, sus piscinas pasaron de llenarse a constituir un campo de futbol, en fin, ya no se conserva casi nada de lo que fue La Lenin en sus inicios, pero cada 31 de enero sus egresados se reúnen y recuerdan con cariño la que algún día fue su Gran Casa Azul.
