¿Cómo era La Habana turística que disfrutaron nuestros abuelos y bisabuelos en los años 30 del pasado siglo?

Redacción

¿Cómo era La Habana turística que disfrutaron nuestros abuelos y bisabuelos en los años 30 del pasado siglo?

La Habana siempre ha dado a quienes la visitan la sensación de sorpresa y admiración. Los que la visitaban hace casi un siglo la descubrían limpia, elegante, alegre y acogedora. ¡Te contamos todo sobre la Habana turística de los años 30 del siglo pasado!

La Habana turística del siglo pasado

En la época, los hoteles brindaban al turista sus altos edificios colmados de comodidades, llenos de todos los detalles más exquisitos del confort.

Hoteles

Entre ellos, el Hotel Sevilla, con su aire de rascacielos, en medio del elegante Paseo del Prado, coronado por un lujoso roof garden, desde el cual por las noches se escuchaban las síncopas de las jazz bands. El Hotel Inglaterra, que se alzaba majestuosamente frente al Parque Central. El Hotel Plaza, con su alta terraza y el Hotel Unión, que sobrevivía en plena ciudad arcaica. El Regina, el Ritz, el Bristol, el Lafayatte o el hoy desaparecido Almendares, que dominaba majestuosamente el verdor de los nuevos repartos que se construían, son solo algunos ejemplos.

Todo cuanto podía desear un turista exigente se encontraba en La Habana, en cuanto a distracciones pintorescas y delicadas.

Taxis frente Hotel Inglaterra 1929

Recreación

Un soberbio hipódromo, uno de los mayores de América, donde se celebraban brillantes justas hípicas, al que concurría la élite de la sociedad habanera; dos frontones de pelota vasca y un suntuoso cinódromo, organizado de la forma más fina, donde se practicaba el deporte de las carreras de galgos. Todo esto sin contar los innumerables clubs que servían de atractivo para los visitantes invernales de la capital.

Cabarets y restaurantes

En cuanto a cabarets y restaurantes de lujo, tampoco la capital de Cuba tenía nada que envidiarle a las más grandes del mundo. Uno de ellos era el lujoso Casino de Playa, con su restaurante con espectáculos de baile y su sala de ruletas y juegos diversos. Este lugar era de los preferidos de alta sociedad y poseía un refinamiento exquisito, lleno de valiosas obras artísticas en las estatuas, fuentes y paneles decorativos que lo ornamentan.

Teatros de la Habana turística de los años 30

La Habana también poseía varios teatros de primer orden. El exquisito Teatro Nacional, dedicado especialmente a la ópera y alto teatro; el Payret, al cual iban las compañías dramáticas, operetas y revistas musicales y el hoy renovado Teatro Martí que era santuario de la opereta y el teatro bufo cubano. Además, el Campoamor, templo máximo en esos años de la cinematografía; o el desaparecido Teatro Alhambra, típico sitial de género criollo. Todos estos eran solo una parte de la infinidad de cines y teatros diversos de los que la capital podía enorgullecerse.