Playa Blanca el paraíso casi desconocido del oriente cubano

Redacción

Playa Blanca

A tan solo dos kilómetros de la ciudad de Baracoa se encuentra Playa Blanca. Una pequeña, pero paradisiaca playa que posee una de las aguas más cristalinas de toda Cuba.

Para llegar a Playa Blanca es necesario cruzar el puente río Miel, el cual quedó severamente dañado tras el paso del devastador huracán Matthew en el 2016. Por ello, el trayecto se realiza actualmente a través de un pequeño caserío que se encuentra muy cerca y que permite el intercambio con los lugareños.

La playa es extremadamente tranquila, ya que no es muy frecuentada por bañistas. Su belleza es inigualable y, según quienes la han visitado, en sus aguas es posible relajarse de una manera que no tiene comparación con ningún otro sitio de este tipo en la Isla.

Como un plus se encuentra la posibilidad de disfrutar de las paisajísticas vistas de la villa de Baracoa.

Playa Blanca se encuentra localizada en una zona protegida, por lo que se hace necesario pagar una mínima cuota para poder pasar. Quienes residen en las inmediaciones de la playa se han montado varios negocios con vistas a hacer más placentera la estancia de quienes visitan el sitio. Es posible encontrar masajistas y varios puntos en los que se puede acceder a diversas ofertas gastronómicas.

Una de las delicias gastronómicas de la zona la constituyen las barritas de chocolate, las cuales son elaboradas a partir del cacao que siembran los lugareños y unos cucuruchos rellenos de frutas mezcladas con coco. Estos cucuruchos son auténticos de esta zona baracoense.

Playa Blanca es un lugar idóneo para disfrutar de unos días de paz y tranquilidad. Para encontrar la armonía entre la maravillosa naturaleza que rodea al visitante y para guardar en el recuerdo un viaje que sin lugar a dudas será inolvidable.