El municipio Playa, en La Habana, fue escenario de un hecho lamentable que involucra a una niña cubana de tan solo 13 años. La menor fue víctima de asalto por parte de dos individuos que buscaban arrebatarle su teléfono móvil.
La madre de la niña, Elizabeth Valdés, denunció el suceso en las redes sociales y explicó que los delincuentes le taparon la cara con un pañuelo, impidiendo que pudiera reconocerlos.
En su testimonio, Valdés detalló que el asalto ocurrió en la calle 52, entre 23 y 25, cuando su hija regresaba de una casa de estudios y llevaba el teléfono en su short. Tras resistirse al robo, los ladrones apretaron fuertemente su mano, le torcieron los dedos y le hicieron un pequeño corte en la piel con algún objeto cortante.
La preocupación de la madre de la niña no solo radica en la violencia ejercida durante el asalto, sino también en la falta de seguridad en el país. “Cuba se ha convertido en una cueva de ladrones y asaltantes”, expresó en su denuncia. Además, Valdés señala que no existe una presencia policial efectiva para proteger a los más vulnerables, como es el caso de su hija.
La situación en Cuba parece empeorar con el paso de los días. La ola de violencia se ha incrementado en diferentes zonas del país, y muchos ciudadanos se sienten desprotegidos ante la situación. En este sentido, la madre de la niña asaltada expresó su preocupación por la falta de medidas gubernamentales para garantizar la seguridad ciudadana.
En su denuncia, Valdés enfatizó que la crisis económica y social que vive el país están generando un clima de tensión que favorece la acción de los delincuentes. La escasez de alimentos y medicamentos, junto con la falta de empleo y oportunidades, han hecho que muchas personas se vean en la necesidad de delinquir para sobrevivir.
La educación también es una de las áreas afectadas por la crisis, según lo manifestado por la madre de la niña. La calidad de la enseñanza ha disminuido considerablemente, lo que hace que muchos padres reconsideren enviar a sus hijos a estudiar, por temor a que sean víctimas de situaciones similares a la que vivió su hija.
Finalmente, la madre de la niña asaltada concluyó que la inseguridad en Cuba es una realidad que preocupa a toda la población, especialmente a los más vulnerables. Su hija continúa nerviosa y temerosa después de lo ocurrido, lo que demuestra el impacto emocional que tienen estos hechos violentos en las personas.