La ciudad de Cienfuegos fue sacudida por un incidente sin precedentes cuando el cubano Eric Luis Acea Quevedo decidió expresar su frustración por los constantes apagones. Rompiendo los vidrios de un auto oficial del gobierno, este joven padre de una niña de tres años desató una cadena de consecuencias que lo han llevado a enfrentar una multa descomunal.
Según informes revelados por una fuente anónima a Martí Noticias, Acea Quevedo deberá pagar más de 300 mil pesos cubanos por los daños causados al vehículo estatal. La suma desglosada incluye costos exorbitantes por los parabrisas delantero y trasero, los cristales de las puertas, así como por la mano de obra, chapistería y pintura parcial necesaria para reparar el automóvil.
El joven, inicialmente amenazado con cargos por atentado, aún espera un pronunciamiento oficial por parte de la Fiscalía. Mientras tanto, permanece detenido bajo la custodia de la Seguridad del Estado, quienes llevan el caso desde el día del incidente, el pasado 12 de marzo.
Los detalles sobre la vida de Acea Quevedo han emergido, revelando un panorama complejo. Vecinos describen a un joven trabajador, pintor de profesión, con una familia a su cargo que incluye a su esposa, su hija pequeña y una prima con esquizofrenia a la que cuida.
Sin embargo, tras su arresto, surgieron acusaciones de violencia policial por parte del activista Yamil Cuéllar, quien denunció golpes brutales infligidos a Acea Quevedo durante su detención. Estos reportes han generado indignación y preocupación entre los residentes de Cienfuegos y más allá.
La historia de Eric Luis Acea Quevedo no solo resalta la difícil situación que enfrentan muchos cubanos debido a los persistentes apagones y la escasez, sino que también plantea preguntas sobre la justicia y la libertad de expresión en la isla. Su caso sigue siendo un tema candente en la comunidad, con muchos esperando ansiosamente por el desenlace de esta impactante historia.
