Lázaro Guerra, director técnico de la Unión Eléctrica (UNE) de Cuba, en una entrevista con la agencia EFE, ofreció una perspectiva sobre la situación energética en Cuba, destacando los desafíos significativos que enfrenta el país para estabilizar su suministro eléctrico. Guerra señaló que la reparación de las termoeléctricas cubanas requeriría una inversión de aproximadamente 10.000 millones de dólares, una cifra que coincide con las estimaciones de expertos independientes como Jorge Piñón y Emilio Morales.
Para abordar los problemas inmediatos y mejorar la generación eléctrica de cara al verano, la UNE ha planificado mantenimientos profundos en dos de sus siete centrales, que están obsoletas. Sin embargo, estas acciones parecen ser soluciones a corto plazo frente a los problemas estructurales más amplios del sistema energético cubano.
La falta de combustible ha sido identificada por Guerra como la principal causa de los prolongados apagones que han afectado a Cuba recientemente. La situación se ve agravada por la escasez de divisas y los problemas logísticos, lo que complica aún más la crisis energética del país.
Aunque la llegada de un cargamento de crudo ruso ha proporcionado un alivio temporal al sistema energético, Guerra advirtió que esto no resuelve los problemas subyacentes. La falta de recursos financieros y el aumento del consumo durante el verano continúan representando desafíos significativos para Cuba.
En cuanto a las soluciones a largo plazo, el directivo mencionó la estrategia del gobierno cubano de avanzar hacia la independencia energética, con un enfoque particular en el desarrollo de fuentes de energía renovable, como la solar. Sin embargo, reconoció que la implementación de esta estrategia requiere de inversiones considerables, las cuales Cuba no está en condiciones de realizar en el momento actual.
