¿Qué ha sido de la vida de la humorista Carmita Ruiz, recordada por su papel de ‘Teresa Prieto’ en Sabadazo? Aquí te contamos

Redacción

La era dorada del humor en Cuba estuvo protagonizada por figuras icónicas, siendo el Conjunto Nacional de Espectáculos uno de los grupos más influyentes. Liderados por figuras como Alejandro “Virulo” García, Carlos Ruiz de la Tejera, el chileno Jorge Guerra y el escritor Héctor Zumbado, este colectivo dejó una huella profunda con su estilo único que combinaba la sutileza ‘luthieresca’ y el típico ‘choteo’ criollo.

Dentro de este vibrante panorama, Carmita Ruiz también se destacó notablemente. Inició su carrera artística en la escuela de ballet de L y 19, en el Vedado, y desde joven mostró un marcado interés por el escenario. “Después de terminar mis estudios, se hizo una convocatoria para el cuerpo de baile del teatro Karl Marx. Allí recibíamos clases de ballet, bailes populares y actuación, entre otras asignaturas. Teresa Prieto surgió entre los descansos, en donde yo me dedicaba a imitar a una señora que hablaba muy parecido. Le puse lo de arrastrar la erre, la dulzura y el tono despistado”, compartió en una entrevista en 2013 en Miami.

Su personaje, Teresa Prieto, se consolidó cuando un director de programas solicitó identificar a su carismático alter ego. Con el tiempo, Teresa/Carmita se convirtió en una figura indispensable en el teatro y participó en obras memorables del Conjunto, tales como La esclava contra el árabe, El bateus de Amadeus o El infierno, según Virulo.

Su transición a la televisión fue fluida, donde se estableció como un rostro familiar en el programa “Sabadazo”. Carmita se convirtió en un nombre sinónimo de su personaje más famoso, y frases como “sí, mi chino, Tedesa Pieto” o “me riego como una manguera” y sus “transmisiones espirituales”, definieron su estilo único que mezclaba el ballet con el ritmo caribeño.

“Yo nunca pensé que iba a tener esa popularidad. Me reía y hacía los espectáculos, pero no imaginé que la gente me acogería con tanto cariño. La gente en la calle me saluda: ¿‘Tere’, ¿cómo estás?, y eso me hace sentir muy contenta”.

En 2016, su trayectoria fue reconocida con una nominación al Premio Nacional de Humor. Aunque no ganó, este reconocimiento fue un gran honor para ella. “Estoy muy feliz y agradecida por esta nominación, pues, en un país como este, con la tradición que tiene de excelentes actores que han cultivado el género, me siento como una gran aprendiz con muchos deseos de dar todo lo que tiene, que es su arte”, expresó en ese momento.

Esta nominación también le sirvió para homenajear a sus años en el Conjunto Nacional de Espectáculos, una época que describió como una escuela invaluable no solo profesionalmente, sino también en el ámbito humano. “Por supuesto que en esta nominación va un especial agradecimiento a mis años en el Conjunto Nacional de Espectáculos, esos días (…) fueron una escuela tremenda, que no solo me aportó desde el punto de vista profesional, sino también, y mucho, desde el punto de vista humano. Fuimos una familia que hizo reír a sus espectadores y vio la vida de manera diferente. Teresa Prieto ha sido una carta de presentación y una eterna dicha. Qué bueno que nació en el teatro y llegó a la televisión. A ella le dedico en demasía esta nominación”.

Aunque en la última década alternó su trabajo entre Cuba y Miami, recientemente ha estado más discreta. No obstante, reapareció en el teatro Sauto en Matanzas, donde respondió preguntas de una periodista local. “He realizado muchas actividades y contratos en el exterior, pero vivo en Cuba, y cuando se inició la pandemia estaba terminando una película dominicana-italiano-cubana que se detuvo por esa causa y que en breve reanudará sus filmaciones”.

Hoy en día, sus metas son continuar creando arte, asegurar la felicidad de su hija, y seguir evolucionando tanto personal como profesionalmente.